El origen de la venganza como comportamiento se puede rastrear muy lejos, en los mitos, especialmente en los que tienen su origen en Oriente Medio.
Los dioses se muestran en ellos como vengadores, y la venganza quedó consagrada a los ojos de los hombres. Precisamente es la venganza la acción que permite el nacimiento del orden establecido, donde queda establecida la jerarquía de los dioses y el orden del universo. Así, en el “Enuma Elish”, mito de génesis de la cultura babilonia se dice:
“Oh Marduk, tu eres realmente nuestro vengador, te hemos otorgado la soberanía, sobre todo el universo. Cuando te sientes en la asamblea, tu palabra será suprema. Tus armas no fracasarán: aplastarás a tus enemigos…
Le entregaron el cetro, el trono y el palo y le dieron el arma sin rival, que rechaza a los enemigos: Vete y quita ala vida a Tiamat, ¡ Que los vientos lleven su sangre a lugares secretos.”
Después de este acto de venganza, Marduk ocupa el lugar central del panteón de Babilonia, y con los restos de Tiamat crea la tierra. En los mitos raíces de la cultura helénica, tambien podemos rastrear este comportamiento, cuando Cronos mata a su padre Urano en venganza por sus hermanos asesinados y alentado por su madre, como narra Hesíodo en la “Teogonía”
Hijos míos y de orgulloso padre. Si quereis obedecerme, vengaremos el malvado ultraje de vuestro padre, pues el fue el que comenzó a maquinar obras indignas. Así dijo y de todos se apoderó el temor, de modo que ninguno se atrevió a contestar; pero el poderoso Crono, astuto, cobrando ánimo, al punto respondió a su respetable madre. Madre, te prometo que puedo realizar este trabajo, puesto que no siento preocupación alguna por nuestro odiado padre, ya que fue el primero en maquinar obras indignas…
La venganza está presente en muchas de las producciones culturales del mundo, pero especialmente en la civilización occidental, heredera de las civilizaciones babilónica y greco-romana. Está en las narraciones de héroes míticos, como Aquiles y Eneas en la Ilíada y la Eneida. Está en himnos nacionales de países que se fundaron sobre la revancha tomada contra los enemigos. Está presente en la literatura, la música, la pintura, la política, el deporte, las costumbres. Forma parte del paisaje en el que nos hemos formado, sin que hasta ahora haya sido seriamente cuestionada, excepto por algunos de los principales inspiradores de la no violencia, como Gandhi y Silo.
Y es un sentimiento que fácilmente se extiende a la población y sirve para justificar las mayores atrocidades. Es fácil rastrear como muchas guerras han sido precedidas por campañas de los medios de comunicación que provocaban el deseo de venganza en las poblaciones.
La venganza forma parte pues de nuestra cultura, y salirse de ella nos genera problemas, no se entiende un comportamiento no vengativo, se interpreta como cobardía, debilidad, traición a la patria, a la tribu, a la etnia….
Pero es un camino que necesitamos comenzar a andar
Cito aquí las palabras de Silo en las Jornadas de Reconciliación de Punta de vacas de 2007
...Cuando llegamos a comprender que nuestro enemigo es un ser que también vivió con esperanzas y fracasos, un ser en el que hubo hermosos momentos de plenitud y momentos de frustración y resentimiento, estaremos poniendo una mirada humanizadora sobre la piel de la monstruosidad. Este camino hacia la reconciliación no surge espontáneamente, del mismo modo que no surge espontáneamente el camino hacia la no violencia. Porque ambos requieren de una gran comprensión y de la formación de una repugnancia física por la violencia.
Arturo Viloria