Todas las religiones parten hablando de dios, colocándolo fuera del hombre, por encima del hombre.
Las religiones externas han cumplido su ciclo y el dios externo, al no ser encontrado, se ha desvanecido como un espejismo. La Religión Interior explica que dios se hace presente en el corazón del ser humano, que dios surge como producto de la experiencia interna. Esto es de gran importancia: el hombre en su desarrollo termina creando a dios a su imagen y semejanza y no a la inversa.
Según el desarrollo del hombre, lo divino se expresa en su interior con mayor o menor evidencia. Todo queda reducido a un problema de experiencia interna y no a un dogma.
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