Yo creo que todos tenemos problemas personales. Y como todos tenemos problemas personales no vamos a gastar tanta energía en ir solucionando cada problema personal que tengamos. Muy bien, tenemos problemas personales, ¿y con eso qué? Si no es lo importante. A ver si me explico.
De manera que si una persona tiene problemas personales, no veo que haya que andar haciéndole notar esos problemas personales, o andar "persiguiéndola" para que mejore esos problemas personales. ¡No! Ese es un parche, es un remiendo, es tomar el rábano por las hojas. Aquí no se trata de observar qué problemas personales tiene cada individuo. Aquí se trata de que cada individuo tenga un ámbito y tenga herramientas adecuadas para poder trabajar y él mejore sus problemas personales.
Pero nosotros no somos supervisadores de nadie, inquisidores de nadie, que nos andemos preocupando por lo que el sujeto hace o deja de hacer. Nosotros damos herramientas, instrumentos de capacitación para que la gente mejore internamente. De manera que los problemas personales también ellos, aunque existan, si la cualificación es mayor, estos problemas, aunque existan no vienen a cuentas, no se notan desaparecen, mueren para el conjunto, aunque el sujeto pueda seguir considerándolos individualmente.
De manera que no se trata tampoco ni siquiera de luchar contra los problemas personales, los problemas personales desaparecen cuando la gente participa, cuando la gente tiene en qué trabajar, cuando la gente entiende al sistema, cuando la gente se cualifica. Los problemas personales aumentan cuando existe cerco.
Si en esta habitación, en vez de estos pocos que estamos hubiéramos 15 personas y la habitación fuera más pequeña todavía, y nos cortaran el agua y la luz empiezan a surgir los problemas personales de tal modo que a los dos días nos comemos los unos a los otros. Eso es evidente. ¿Y quién tiene la culpa? ¡Nadie tiene la culpa!, ¡si es un problema de ámbito! es un problema de estrechamiento. En el estrechamiento y en la falta de actividad, y en la falta de abastecimiento, y en la falta de comunicaciones, en ese tipo de situaciones surgen los problemas personales. ¿Y quién tiene la culpa? ¡Nadie tiene la culpa! Por supuesto, que saldría Juan diciendo: “¡no me gusta cómo me miras!”, y Pedro le respondería: “¡y la forma que llevas tus pantalones...!” Y al poco tiempo tenemos una guerra interna. ¿No es cierto? Pero, ¿de quién es la culpa? No es de Juan ni de Pedro, esos son factores catalizadores, factores de momento, reemplazables. Pueden ellos o pueden ser otros. El problema es estructural y también es un problema de proceso, de momento de proceso. Esto es muy claro, veo yo.
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