Si estamos dotados de una conciencia y perspectivas suficientes para evolucionar, vale la pena realizar el intento, vale la pena comprender, vale la pena sentirse libre y sin contradicciones, vale la pena estar en resonancia viva con todo el universo. Entonces la búsqueda del sentido no está reservada para momentos “especiales”, sino que está dentro de la vida cotidiana como una tarea permanente, una tarea llena de múltiples tareas diminutas a las que puedes ir dando un nuevo significado porque va cambiando y ampliándose tu óptica ante las cosas.
19 de enero de 2011
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