...Silo desarrolló esa tarde, numerosos puntos de interés para sus compañeros. Todos habían percibido que una mujer del grupo, estaba inquieta por ciertos temas tratados. Pero aquél conocía las raíces de sus cavilaciones y dijo para ella (aunque dirigiéndose a una muchacha más joven):
“Si tu padre o tu hermano o tu marido, te hacen arrodillar ante el altar de la falsa religión y servir a los explotadores del pueblo, son indignos de ser padres, hermanos o maridos... Están vendiendo tu cabeza por temor o por negocio. Y si tú aceptas la venta, eres dos veces peor que ellos.
¡Libérate del miedo!
No temas ser perseguida por decir la verdad.
No temas perder todo lo que tienes.
No temas que tus seres queridos te abandonen ni abandonarlos a ellos por tu fe.
¡Se libre!
No temas a Dios, no temas a la Religión, no temas al Estado, no temas al poderoso, al sabio. No temas la pobreza, no temas la muerte.
Teme únicamente a quien destruye al espíritu”.
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