Humanizar la Tierra es humanizar también a quienes tienen influencia y decisión sobre otros para que escuchen la voz de los que necesitan superar la enfermedad y la pobreza. Nuestra Comunidad se inspira en las grandes enseñanzas que predican la tolerancia entre los hombres. Y esa tolerancia va más lejos, porque pone como el valor más alto de todo acto humano a éste principio: "Trata a los demás como quieres que te traten a ti".
Únicamente si se pone en práctica este principio opuesto a la insensibilidad, el egoísmo y el cinismo, se podrá comenzar a humanizar la Tierra. Nuestra Comunidad es una fuerza moral tolerante y no violenta, que predica como valor más alto: "Trata a los demás como quieres que te traten" Este es el impulso moral que se debe canalizar en las nuevas generaciones y que debe practicar quien verdaderamente desee comenzar a Humanizar nuestra Tierra.
Muchas personas quieren perfeccionarse, muchos quieren superar su confusión interior y su enfermedad espiritual y creen que pueden hacerlo cerrando los ojos al mundo en que viven y yo digo que crecerán espiritualmente sólo en el caso de que comiencen por ayudar a otros a superar el dolor y el sufrimiento. Por ello proponemos actuar en el mundo: no abandonar el partido, ni la organización a la que se pertenece, todo lo contrario.
Si uno cree que su organización puede contribuir a superar el dolor y el sufrimiento uno debe militar entusiastamente allí, y si allí hay defectos, uno debe empujar para corregirlos y convertirlos en instrumentos al servicio de la humanización. Porque si no se renueva la fe en uno mismo, en el sentido en que uno puede contribuir al progreso, y si no se renueva la fe en las posibilidades de cambio de los otros (aún cuando existan defectos), quedaremos paralizados ante el futuro y entonces sí, triunfará la deshumanización de la Tierra.
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