19 de junio de 2010

Silo y La Experiencia

Comentarios de Silo, Centro de Estudios, Punta de Vacas 2008, respecto a la experiencia interna.



17 de junio de 2010

El Pedido

Video inspirado en el Regalo hecho por Silo en el año 2005 en Parque La Reja. La Bocanada.

El Pedido

Video inspirado en el Regalo hecho por Silo en el año 2005 en Parque La Reja. La Bocanada.

LA ACCION VALIDA

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, ESPAÑA. 29 DE SEPTIEMBRE DE 1978 CHARLA ANTE UN GRUPO DE ESTUDIOS


¿Cuál es la acción válida? A esta pregunta se ha respondido, o se ha tratado de responder, de distintos modos y casi siempre teniendo en cuenta la bondad o la maldad de la acción. Se ha tratado de responder a lo válido de la acción. Es decir, se han dado respuestas a lo que desde antiguo ha sido conocido como lo ético o lo moral. Durante muchos años nos preocupamos por consultar acerca de qué era lo moral, qué era lo inmoral, lo bueno y lo malo. Pero, básicamente, nos interesó saber qué era lo válido en la acción. Nos fueron respondiendo de distinto modo. Hubo respuestas religiosas, hubo respuestas jurídicas, hubo respuestas ideológicas.

En todas esas respuestas, se nos decía que las personas debían hacer las cosas de un modo y también evitar hacer las cosas de otro modo. Para nosotros era muy importante obtener una clara respuesta sobre este punto. Era de mucha importancia por cuanto el quehacer humano, según tenga una dirección o tenga otra, desarrolla también una forma de vida distinta. Todo se acomoda en la vida humana según la dirección. Si mi dirección al futuro es de un tipo, mi presente se acomoda también a él. De manera que estas preguntas en torno a lo válido, lo inválido, lo bueno, lo malo, afectan no solo al futuro del ser humano, sino que afectan su presente. Afectan no solo al individuo, afectan a los conjuntos humanos, afectan a los pueblos.

Diferentes posturas religiosas daban su solución. Así pues, para los creyentes de determinadas religiones había que cumplir con ciertas leyes, con ciertos preceptos, inspirados por Dios. Eso era válido para los creyentes de esas religiones. Es más: distintas religiones daban distintos preceptos. Algunas indicaban que no debía realizarse determinadas acciones, para evitar cierta vuelta de los acontecimientos; otras religiones lo indicaban para evitar un infierno.

Y a veces no coincidían tampoco estas religiones, que en principio eran universales, no coincidían en sus preceptos y en sus mandatos. Pero lo más preocupante de todo esto consistía en que ocurría en áreas del mundo donde muchísimos de esos habitantes no podían cumplir, aun queriendo de muy buena fe, no podían cumplir con esos preceptos, con esos mandamientos, porque no los sentían.

De manera que los no creyentes –que también para las religiones son hijos de Dios–, no podían cumplir esos mandatos, como si estuvieran dejados de esa mano de Dios. Una religión, si es universal, debe serlo no porque ocupe geográficamente el mundo. Básicamente debe ser universal porque ocupe el corazón del ser humano, independientemente de su condición, independientemente de su latitud. Así pues, las religiones, en su respuesta ética, nos presentaban ciertas dificultades.

Consultamos entonces a otros formadores de conducta: los sistemas jurídicos. Éstos son formadores, son moldeadores de conducta. Los sistemas jurídicos establecen, de algún modo, aquello que debe hacerse o debe evitarse en el comportamiento de relación, en el comportamiento social. Existen códigos de todo tipo para reglar las relaciones.

Hay hasta códigos penales, que prevén la punición para determinados delitos, es decir, para comportamientos considerados no sociales, o asociales, o antisociales. Los sistemas jurídicos también han tratado de dar su respuesta a la conducta humana, en lo que hace al buen o mal comportamiento. Y así como las religiones han dado su respuesta, y está bien, y está bien para sus creyentes, también los sistemas jurídicos han dado su respuesta, y está bien para un momento histórico dado, está bien para un tipo de organización social dado, pero nada dice al individuo que debe cumplir con una determinada conducta.

Porque la gente razonable, sin duda advierte que es interesante que exista una regulación de la conducta social, a fin de evitar un caos total. Pero ésta es una técnica de organización social, no es una justificación de la moral. Y por cierto que según su desarrollo y según su concepción, las distintas comunidades humanas tienen normas de conducta jurídicamente regladas, que a veces se oponen. Los sistemas jurídicos no tienen validez universal. Sirven para un momento, para un tipo de estructura, pero no sirven para todos los seres humanos, ni sirven para todos los momentos y todas las latitudes; y lo más importante de todo, nada dicen al individuo acerca de lo bueno y lo malo.

También consultamos a las ideologías. Las ideologías son más amigas de los desarrollos y bastante más vistosas en sus explicaciones que los chatos sistemas legales, o tal vez que los preceptos o las leyes traídas desde las alturas. Algunas doctrinas explicaban que el ser humano es una suerte de animal rapaz, es un ser que se desarrolla a costa de todo y que debe abrirse paso a pesar de todo, a pesar inclusive de los otros seres humanos. Una suerte de voluntad de poderío es la que está detrás de esa moral. De algún modo esa moral que puede parecer romántica, es sin embargo exitista, y nada dice al individuo en cuanto a que las cosas le salgan mal en sus pretensiones de voluntad de poderío.

Hay otro tipo de ideología que nos dice: por cuanto todo en la naturaleza está en evolución, y el ser humano mismo es producto de esta evolución, y el ser humano es el reflejo de las condiciones que se dan en un momento dado, su comportamiento va a mostrar el tipo de sociedad en que vive. Así pues, una clase va a tener un tipo de moral y otra va a tener otro tipo de moral.

De esta manera, la moral está determinada por las condiciones objetivas, por las relaciones sociales y por el modo de producción. No hay que preocuparse mucho, por cuanto uno hace lo que mecánicamente está impulsado a hacer aunque, por razones publicitarias, se hable de la moral de una clase o la moral de otra. Limitándonos al desarrollo mecánico, yo hago lo que hago porque estoy impulsado en tal sentido. ¿Dónde está el bueno y dónde está el malo..? Hay solamente un choque mecánico de partículas en marcha.

Otras singulares ideologías nos decían cosas como éstas: la moral es una presión social que sirve para contener la fuerza de los impulsos y esta contención que efectúa es una suerte de superyo, esta comprensión que hace en el caldero de la conciencia permite que aquellos impulsos básicos se vayan sublimando, vayan tomando cierta dirección...

De modo que nuestro pobre amigo, que ve pasar a unos y a otros con sus ideologías, se sienta de pronto en la acera y dice: “qué es lo que yo debo hacer, porque acá me presiona un conjunto social, yo tengo impulsos y parece que éstos se pueden sublimar, siempre que yo sea artista. De otro modo, o me tiendo en el sofá del psicoanalista o terminaré en la neurosis”. Así pues, la moral en realidad es una forma de control de estas presiones que, sin embargo, a veces desbordan el caldero.

Otras ideologías, también psicológicas, explicaron lo bueno y lo malo según la adaptación. Una moral conductual adaptativa, algo que permite encajar en un conjunto y en la medida en que uno desencaja de ese conjunto, se segrega de ese conjunto, tiene problemas. Así que más vale andar “derechito”, y encajar bien en el conjunto. La moral, entonces, nos dice qué es lo bueno y qué es lo malo, de acuerdo con la adaptación que debe establecer el individuo, de acuerdo con el encaje que el individuo tenga en su medio. Y está bien... es otra ideología.

Pero en las épocas de las grandes fatigas culturales, como sucedió ya repetidamente en otras civilizaciones, surgen las respuestas cortas, inmediatas, acerca de lo que se debe hacer y de lo que no se debe hacer. Me estoy refiriendo a las llamadas “escuelas morales de decadencia”. En distintas culturas (ya en su ocaso), surgen suertes de moralistas que muy rápidamente tratan de acomodar sus comportamientos como buenamente pueden, a fin de dar una dirección a su vida. Están algunos que dicen más o menos esto: “La vida no tiene ningún sentido, y como no tiene ningún sentido, puedo hacer cuanto me plazca... si puedo”.

Otros dicen: “Como la vida no tiene mucho sentido [risas], debo hacer aquellas cosas que me satisfacen, que me hacen sentir bien, a costa de todo lo otro”. Algunos más afirman: “Ya que estoy en una mala situación y hasta la misma vida es sufrimiento, debo hacer las cosas guardando ciertas formas. Debo hacer las cosas como un estoico”. Así se llaman esas escuelas de la decadencia: las escuelas estoicas.

Detrás de estas escuelas, aunque sean respuestas de emergencia, hay también ideología. Está, parece, la ideología básica de que todo ha perdido sentido, y se responde de urgencia a esa pérdida de sentido. Actualmente, por ejemplo, se pretende justificar la acción con una teoría del absurdo, en donde aparece de contrabando el “compromiso”. Sucede que estoy comprometido con eso, y por tanto debo cumplir.

Se trata de una especie de coacción bancaria. Es difícil comprender que pueda establecer un compromiso si el mundo en que vivo es absurdo y termina en la nada. Por otra parte, esto no otorga ninguna convicción al que declama tal postura.

Así pues, las religiones, los sistemas jurídicos, los sistemas ideológicos, las escuelas morales de la decadencia, han trabajado para dar respuesta a este serio problema de la conducta, para establecer una moral, para establecer una ética, porque todos ellos han advertido la importancia que tiene la justificación o no justificación de un acto.

¿Cuál es la base de la acción válida? La base de la acción válida no está dada por las ideologías, ni por los mandatos religiosos, ni por las creencias, ni por la regulación social. Aún cuando todas estas cosas sean de mucha importancia, la base de la acción válida no está dada por ninguna de ellas, sino que está dada por el registro interno de la acción. Hay una diferencia fundamental entre la valoración que parece provenir del exterior, y esta valoración que se hace de la acción por el registro que el ser humano tiene de lo que precisamente hace.

¿Y cuál es el registro de la acción válida? El registro de la acción válida es aquel que se experimenta como unitivo; es aquel que da al mismo tiempo sensación de crecimiento interno, y es por último aquél que se desea repetir porque tiene “sabor” de continuidad en el tiempo. Examinaremos estos aspectos de modo separado.

El registro de unidad interna, por una parte, y la continuidad en el tiempo, por otra parte.
Frente a una situación difícil, puedo yo responder de un modo o de otro. Si soy hostigado, por ejemplo, puedo responder violentamente y frente a esa irritación que me produce el estímulo externo, y esta tensión que me provoca, puedo distenderme, puedo reaccionar violentamente y al hacerlo experimentar una sensación de alivio. Me distiendo. Así pues, y aparentemente, se ha cumplido la primera condición de la acción válida: frente a un estímulo irritante, lo saco de enfrente y al hacerlo me distiendo y al distenderme tengo un registro unitivo.

La acción válida no puede justificarse simplemente por la distensión en ese instante, porque no se continúa en el tiempo sino que produce lo contrario. En el momento A produzco la distensión al reaccionar del modo comentado; en el momento B, no estoy para nada de acuerdo con lo que hice. Esto me produce contradicción. Esa distensión no es unitiva por cuanto el momento posterior contradice al primero. Es necesario que cumpla, además, con el requisito de la unidad en el tiempo, sin presentar fisuras, sin presentar contradicción.

Podríamos presentar numerosos ejemplos en donde esto de la acción válida para un instante no lo es para el siguiente y el sujeto no puede, cabalmente, tratar de prolongar ese tipo de actitud porque no registra unidad sino contradicción.

Pero hay otro punto: el del registro de una suerte de sensación de crecimiento interno. Hay numerosas acciones que todos efectuamos durante el día, determinadas tensiones que aliviamos distendiendo. Estas no son acciones que tengan que ver con lo moral. Las realizamos y nos distendemos y nos provoca un cierto placer, pero ahí quedan. Y si nuevamente surgiera una tensión, nuevamente la descargaríamos con esa suerte de efecto de condensador, en donde sube una carga y al llegar a ciertos límites se la descarga.

Y así, con este efecto condensador de cargar y descargar, nos da la impresión de que estuviéramos metidos en una eterna rueda de repeticiones de actos, en donde en el momento en que se produce esa descarga de tensión, la sensación resulta placentera, pero nos deja un extraño sabor percibir que si la vida fuera simplemente eso –una rueda de repeticiones, de placeres y dolores– la vida, claro, no pasaría del absurdo. Y hoy, frente a esta tensión, provoco esta descarga. Y mañana del mismo modo... sucediéndose la rueda de las acciones, como el día y la noche, continuamente, independientemente de toda intención humana, independiente toda elección humana.

Hay acciones, sin embargo, que tal vez muy pocas veces hayamos realizado en nuestras vidas. Son acciones que nos dan gran unidad en el momento. Son acciones que nos dan, además, registro de que algo ha mejorado en nosotros, cuando hemos hecho eso. Y son acciones que nos dan una propuesta a futuro, en el sentido de que si pudiéramos repetirlas, algo iría creciendo, algo iría mejorando. Son acciones que nos dan unidad, sensación de crecimiento interno, y continuidad en el tiempo. Esos son los registros de la acción válida.

Nosotros nunca hemos dicho que esto sea mejor o peor, o deba coercitivamente hacerse: hemos dado más bien las propuestas y los sistemas de registros que corresponden a esas propuestas. Hemos hablado de las acciones que crean unidad, o crean contradicción. Y, por último, hemos hablado del perfeccionamiento de la acción válida, por la repetición de esos actos. Como para cerrar un sistema de registros de acciones válidas, hemos dicho: “Si repites tus actos de unidad interna, ya nada podrá detenerte”.

Esto último habla no sólo del registro de unidad, de la sensación de crecimiento, de la continuidad en el tiempo. Eso habla del mejoramiento de la acción válida. Porque, es claro, no todas las cosas nos salen bien en los intentos. Muchas veces tratamos de hacer cosas interesantes y no salen tan bien. Nos damos cuenta que esas cosas pueden mejorar. También la acción válida puede perfeccionarse. La repetición de aquellos actos que dan unidad y crecimiento y continuidad en el tiempo, constituyen el mejoramiento de la misma acción válida. Esto es posible.

Nosotros, en principios muy generales, hemos dado los registros de la acción válida. Hay un principio mayor, conocido como La Regla de Oro. Este principio dice así: “Trata a los demás como quieres que te traten a ti”. Este principio no es cosa nueva, tiene milenios. Ha aguantado el paso del tiempo en distintas regiones, en distintas culturas. Es un principio universalmente válido. Se ha formulado de distintas maneras; se lo ha considerado por el aspecto negativo, diciendo algo así como: “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”.

Es otro enfoque de la misma idea. O bien, se ha dicho: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Es otro enfoque. Claro que, no es exactamente lo mismo que decir “trata a los demás como quieres que te traten”. Y está bien, y desde antiguo se ha hablado de este principio. Es el más grande de los principios morales. Es el más grande de los principios de la acción válida. Pero, ¿cómo quiero que me traten a mí? Porque se da por sentado que será bueno tratar a los demás como uno quisiera que lo trataran a uno mismo. ¿Y cómo quiero que me traten? Tendré que responder a eso diciendo que si me tratan de un modo me hacen mal y si me tratan de otro me hacen bien. Tendré que responder acerca de lo bueno y de lo malo.

Tendré que volver a la eterna rueda de definir la acción válida, según una u otra teoría, según una u otra religión. Para mi será buena una cosa, para otra persona no será lo mismo. Y no faltará alguno que tratará muy mal a otro, aplicando el mismo principio; porque sucede que a él le gustará que lo traten mal.

Está muy bien este Principio que habla así del tratamiento del otro, según lo bueno para uno, pero estará mejor saber qué es lo bueno para uno. Así las cosas, nos interesa ir a la base de la acción válida y la base de la acción válida está en el registro que se obtiene de ella.

Si digo: “debo tratar a los demás como quiero que me traten”, inmediatamente me pregunto: “¿por qué?”. Habrá algún proceso en uno, habrá alguna forma en el funcionamiento de la mente, que crea problemas en uno cuando uno trata mal a los otros. Y, ¿cómo puede ser ese funcionamiento?. Si yo veo a alguien en muy mala condición, o veo a alguien de pronto que sufre un corte, o una herida, algo resuena en mí. ¿Cómo puede resonar en mí algo que le está sucediendo al otro? ¡Es casi mágico!.

Sucede que alguien sufre un accidente y experimento casi físicamente el registro del accidente en otro. Ustedes son estudiosos de estos fenómenos, saben bien que a toda percepción corresponde una imagen, y comprenden que algunas imágenes pueden tensar ciertos puntos así como otras pueden distenderlos.

Si a toda percepción va correspondiendo una representación y de esa representación se tiene a su vez registro, es decir, una nueva sensación, entonces no es tan difícil entender cómo al percibir un fenómeno, y al corresponderse la imagen interna con ese fenómeno (al movilizarse esta imagen), tenga a su vez sensación en distintas partes de mi cuerpo o de mi intracuerpo, que se han modificado por acción de la imagen anterior.

Me siento identificado cuando alguien sufre un corte, porque a la percepción visual de tal fenómeno, le corresponde un disparo de imagen visual, y correlativamente un disparo de imágenes cenestésicas y táctiles de las cuales, además, tengo una nueva sensación que termina provocando en mí el registro del corte del otro. No será bueno que trate yo a los demás de mala manera, porque al efectuar este tipo de actividad tengo el correspondiente registro.
Hablaremos casi técnicamente.

Para ello vamos a simular el funcionamiento de circuitos por pasos aun cuando sabemos que la estructura de la conciencia procede como una totalidad. Bien, una cosa es el primer circuito que corresponde a la percepción, representación, nueva toma de la representación y sensación interna. Y otra cosa es el segundo circuito, que tiene que ver con la acción y que significa algo así: de toda acción que lanzo hacia el mundo, tengo también registro interno.

Esa toma de realimentación es, por ejemplo, la que me permite aprender haciendo cosas. Si no hubiera en mí una toma de realimentación de los movimientos que estoy haciendo, jamás podría perfeccionarlos. Yo aprendo a escribir a máquina por repetición, es decir, voy grabando actos entre acierto y error. Pero puedo grabar actos únicamente si los realizo. De tal modo que es desde el hacer, desde donde tengo registro.

Permítanme esta digresión: hay un prejuicio grande que a veces ha invadido el campo de la pedagogía. Según esta creencia se aprende por pensar en lugar de hacer. Ciertamente, se aprende porque se tiene la recepción del dato, pero tal dato no queda simplemente memorizado sino que siempre se corresponde con una imagen que, a su vez, moviliza una nueva actividad: coteja, rechaza, etc., y esto muestra la contínua actividad de la conciencia y no una supuesta pasividad en la cual se aloja simplemente el dato.

Esta realimentación es la que nos permite decir: “me equivoqué de tecla”. Así voy registrando la sensación del acierto y del error; así voy perfeccionando el registro del acierto, así se va fluidificando, y así se va automatizando la correcta acción del escribir a máquina. Estamos hablando de un segundo circuito.

El primero se refería al dolor en el otro que yo registro en mí; el segundo circuito habla del registro que tengo de la acción que produzco.

Ustedes conocen las diferencias que existen entre los actos llamados catárticos y los actos transferenciales. Los actos catárticos se refieren básicamente a las descargas de tensiones y ahí quedan. Los actos transferenciales, diversamente, permiten trasladar cargas internas, integrar contenidos, y facilitar el buen funcionamiento psíquico. Sabemos que allí donde hay islas de contenidos mentales, contenidos que no se comunican entre sí, hay dificultades para la conciencia.

Si se piensa en una dirección, por ejemplo, pero se siente en otra, y finalmente se actúa en otra diferente, comprendemos que esto no encaja y que el registro no es pleno. Parece que únicamente cuando tendemos puentes entre los contenidos internos, el funcionamiento psíquico se integra y permite avanzar unos pasos más. Se conocen técnicas transferenciales muy útiles que movilizan y transforman a determinadas imágenes problemáticas. Un ejemplo de esa técnica está presentada en forma literaria en las Experiencias guiadas.

Pero también sabemos que la acción, y no solo el trabajo de las imágenes, puede operar fenómenos transferenciales y fenómenos autotransferenciales. No será lo mismo un tipo de acción que otra. Habrá acciones que permitan integrar contenidos internos y habrá acciones tremendamente desintegradoras. Determinadas acciones producen en el ser humano tal carga de pesar, tal arrepentimiento y división interna, tal profundo desasosiego, que esta persona jamás quisiera volver a repetirlas.

Y, desafortunadamente, han quedado tales acciones fuertemente ligadas al pasado. Aunque no se repitieran tales acciones en el futuro, seguirían presionando desde el pasado sin resolverse, sin entregarse, sin permitir que la conciencia traslade, transfiera, integre sus contenidos, y permita al sujeto esa sensación de crecimiento interno de la que hemos hablado anteriormente.
No es indiferente la acción que se realiza en el mundo.

Hay acciones de las que se tiene registro de unidad, y acciones que dan registro de contradicción, de desintegración. Si se estudia esto cuidadosamente y a la luz de lo que se sabe en materia de fenómenos catárticos y transferenciales, este asunto (de la acción en el mundo, en lo que hace a la integración y desarrollo de los contenidos), quedará mucho más claro. Pero, desde luego, toda esta simulación de los circuitos para comprender el significado de la acción válida es un tema complicado. Entre tanto, nuestro amigo sigue diciendo: “¿Y yo qué hago?”

Nosotros registramos como unitivo y valioso llevar a ese que está sentado en la acera (sin referencia en su vida), estas cosas que mínimamente conocemos, pero en palabras y en hechos sencillos. Si nadie hace esto por él, nosotros lo haremos (como tantas otras cosas que permitirán superar el dolor y el sufrimiento). Al proceder así, trabajaremos también para nosotros mismos.

Parks of Study and Reflection / Parques de Estudio y Reflexión

A selection of pictures from the book: Parks of Study and Reflection coordinated by Tomás Hirsch, with text by Eduardo Gozalo, design by Rafael Edwards

The Parks of Study and Reflection are gateways to the mental world of the Profound. The Parks are places for meeting and for the spreading of a new spirituality that rejects all forms of violence and discrimination; a spirituality that appeals to that sacred dimension of the human mind to find freedom and meaning.

Since ancient times we human beings ask ourselves where we've come from and where we are going, and we experience the search for meaning, while also feeling the need to overcome pain and suffering.

Today there are already 23 Parks of Study and Reflection in different countries, that host numerous groups that go there to study, to be inspired, to reflect and meditate in silence, but also to celebrate the arrival of a new year, to ask for the well-being of those who suffer, or to spread the ashes of a loved one.

Here we tell the story of the Parks of Study and Reflection, but above all the story of the people who go there for inspiration ---- to find that light whisper, the fleeting brush with the Profound -- and later return to their towns with their forehead and hands luminous.

Santiago, Chile April 2010

Fiesta Estacional en la Salita de Sants. Domingo 20 de Junio

Queridos amigos

El Mensaje de Silo celebra la Fiesta Estacional este próximo domingo 20 de Junio a las 18.30h en la Salita de Sants para dar la bienvenida al verano y disponernos a entrar en este nuevo ciclo que festejamos con proyectos como la apertura de un nuevo Parque de Estudio y Reflexión en Cataluña y las actividades propias del Mensaje de Silo: encuentros, retiros, seminarios, reuniones semanales...

Haremos como siempre un ágape conjunto con las aportaciones de cada uno.
Veremos dos vídeos:
1º Sobre los Parques de Estudio y Reflexión.
2º Silo en Manatiales.

Terminaremos nuestra celebración con la Ceremonia de Oficio. Ceremonia de Bienestar y la Quema de Pedidos.

Podeis traer escritos vuestros Pedidos y los nombres de aquellas personas por las que quereis que pidamos.

Nos encontramos el domingo 20 de junio!
Un abrazo.
La Salita de Sants. El Mensaje de Silo
Barcelona.


Charla sobre el yo - Silo


Extracto de la charla Sao Paulo 2/10/80


Negro:

El punto es, que es lo verdadero en mi que considero el yo?

A mi me parece terrible que si yo muero desaparezco esto que soy yo y aparezca otro: Mr. Hyde....sorpresa (risas).

Mi punto es: que es lo que efectivamente me da mi sensación de mi?

Mi cédula de identidad (risas), mi nombre... yo me llamo de ese modo, me miro en el espejo y digo: “ese soy yo”, escucho mi voz y yo me recuerdo a mi; pero si yo me olvido de mi nombre y dejo de reconocer mi cara, que es lo que me da la nocion del yo?

Me lo dan las cosas muy externas como son el aspecto y recuerdos... aquello que, no obstante el que haya cambiado desde que era pequeño hasta hoy he ido cambiando pero siempre digo que soy yo.

Cuando tenia 3 años de edad decía yo. Ahora sigo diciendo yo. Todo cambia pero soy yo.

Yo? Soy memoria, soy percepción, soy datos que han entrado por distintos aparatos, pero también soy elaboración hacia el futuro, soy registros, yo tengo un tono corporal, tengo un sistema de emociones...todo eso es lo que me da mi cierta unidad.

En algunos casos de demencia, por ej. , se pierde el registro del tono interno y de las propias sensaciones y el sujeto se siente extrañado de si mismo... como si fuera otra persona... como si se hubiera alejado de si. Es decir, son los registros que yo tengo que me dan sensación de yo.

Este yo mantiene cierta identidad que esta dada por la memoria. Son también mis sufrimientos, son mis gustos...todo eso da sensación de yo. Pero eso es muy variable.

Yo me olvido de mi mismo. Por ej.: Estoy caminando por la calle haciendo cosas y si alguien no me pregunta quien es usted, no me acuerdo quien soy yo. Cuando estoy haciendo cualquier cosa...

Hora por ej. Que estamos hablando, es posible que estemos olvidados de nosotros mismos. Si a uno le preguntan: Que esta haciendo ud.? No vamos a responder: “Estoy escuchándome”. (risas), pero no es que uno este pensando mientras escucha que esta escuchando. No. Uno no piensa: “ Yo soy Juan Perez que esta escuchándome ” Uno esta escuchando y se olvida de si mismo.

Lo mas frecuente es que uno este olvidado continuamente de si mismo... y, sin embargo, uno vive. De pronto uno cae en cuenta que va a morirse y dice: “ caray... voy a desaparecer”, y dígame, en su vida cotidiana no es lo mas normal que usted desaparezca, que usted no se sienta a si mismo, que no experimente a su yo.

Claro que hay momentos en que experimento mi yo.

Si me empujan, yo digo : ¿Que me están haciendo ? Pero yo no tengo el registro del yo en mi vida cotidiana, a menos que yo piense. Por actos de reflexión, tengo noción del yo, puedo hablar del yo, pero si no estoy totalmente olvidado...miren, traten de pensar durante medio minuto en ustedes mismos, sin olvidarse de ustedes mismos. Mientras están pensando en ustedes no vayan a pensar que a lo mejor es muy tarde y tienen que irse a comer o bien que se escucha un bocina por allá. No se distraigan de ustedes mismos durante un pequeño tiempo y van a ver como... si, se olvidan de ustedes mismos, aunque se propongan pensar en ustedes mismos.

Van, vienen, la atención fluctuá, la conciencia va de un objeto a otro y ustedes están pensando: “Yo soy yo mismo”...basta que haya un pequeño ruido para que se escapen de ustedes mismos.

Yo se que es horrible cuando uno muere perder la noción del yo, pero también debería ser horrible perder la noción del yo en la vida diaria y no lo sentimos tan horrible.

Hay algo que permanece, aunque estemos distraídos del yo. Sabemos que en cualquier momento podemos retomarlo. Tal vez cuando un ser humano muera, pierda la memoria fisiológica, pierda las grabaciones, pierda los datos sensoriales, pero también se reconozca por primera vez en lo mas autentico de si mismo...ese yo profundo al cual apela muy pocas veces en su vida.

Uno trabaja con el yo mecánico, periférico...pero ese yo profundo muy pocas veces sale. Las pocas veces en que sale es cuando uno experimenta esa fuerza y cuando uno se reconoce como tal, pero si no, siempre esta olvidado de si mismo, siempre esta alejado de si mismo...no existe el tal yo a menos que me lo pregunte. Es una combinación de factores, pero no es una cosa permanente.

Puede ser que no sea tan horrible cuando uno muere...puede ser una cosa interesante (risas).

Cuando nosotros tratamos que viva ahora el Yo interno, el Yo verdadero estamos precisamente en una buena orientación.

Tener el registro antes que la fe. Ese es el punto.

Comenzar por actos unitivos nos dicen: “por ahí”. Buen camino. Captar en el silencio si surge el registro de un yo que no sea el mecánico, sino el mas profundo. Tarea interesante.

Que otra posibilidad tenemos? Hay formas de meditación dinámica, hay otros estados especiales de conciencia en los cuales uno se puede poner, pero ya no sabe si es trance o no se que cosa, que datos tenemos para lograr eso?.

Es tan fácil acaso hallar la percepción del yo profundo?

No es tan fácil la percepción del yo profundo, pero es posible dedicarle un mínimo de tiempo para tener esa experiencia. No digamos que la tenga todos los días, no digamos que la tenga continuamente. Digamos que me bastara que tenga una experiencia, para sentirme atento o en eso porque mi problema es comprobar...

Hablando de registros... A ustedes les ha pasado, porque si, que de pronto han sentido una alegría muy fuerte? Sin ningún motivo.

Y cuando se da esta experiencia es breve, pero uno quisiera que volviera...Uno tiene el registro como que siempre ha estado con uno...algo muy intimo, muy cálido.
Veamos esto otro...distinto: voy a un lugar y tengo la sensación de que esto ya me ha pasado, la sensación de que esto ya lo he vivido. Me parece que ya he estado ahí otras veces. Existe eso. Casos de reconocimiento, doble.

Vamos al otro caso : Todos los días veo mi habitación pero en un momento miro, la veo de un modo diferente, como si la viera por vez primera, pero si esto lo he visto desde hace anos...sin embargo ahora es distinto. Que son esas cosas extrañas que suceden...reconocer por primera vez algo que he visto siempre o ver lo opuesto... algo que no he visto nunca, que se me presenta como si lo hubiera visto en otra oportunidad.

Esta otra experiencia de que no hay nada que lo justifique, nada aparente y de pronto surge un registro súbito, pleno, de expansión diríamos, respiratorio, amplio...son fenómenos muy distintos en donde el yo en todos los casos se ubica atrás del fenómeno. A ver si me explico.

En la vida corriente el yo esta olvidado.

No pienso en mi, sino que simplemente estoy percibiendo y haciendo cosas. Pero en cualquiera de estos 3 fenómenos yo tomo conciencia de mi yo, me observo a cierta distancia, me pregunto:...¿que me estará pasando?, me digo: ¿qué es esto...esto lo veo por primera vez hoy?

Bien, esta sensación extraña, no se a que se debe y en el momento en que la pienso la sensación se corre. En todos los casos, en esos 3 casos tan especiales, el yo toma distancia de si mismo, se ubica internamente y se observa frente a lo que esta ocurriendo.

Quiero decir que hay una forma de ponerse mentalmente frente a los objetos, como si uno viera de adentro los objetos o como si uno se investigara a su propio yo como mas internamente.

Nosotros decimos que hay un registro mas interno del propio yo que es el que produce todos estos fenómenos. El registro interno del propio yo, se puede captar.
Uno puede dar algunas practicas, alguna técnica para que el otro realice su experiencia, bien.

Pero esto de poner como una evidencia lo que para uno es registro....ponerlo como evidencia, esto no parece positivo. Yo se lo positivo que seria para la gente que todos tuvieran fe, supongamos en la trascendencia. Pero esto de ponerlo como dogma no va a ayudar, va a crear contradicción.

Mucho mas interesante es que la gente considere en que posición se encuentra frente a ello. Es mucho mas útil que la gente se ubique...es mucho mas útil que tratar de encajar en algo que para nosotros es evidente...pero para los demás ?

Las épocas que pasan son confusas y hay una necesidad de saber que hacer.

Hay necesidad, pero no es legitimo dar una respuesta en la medida en que no hay registro.

Ahí esta el problema. Es curioso. En todos lados estamos hablando de gente que tiene esa inquietud cabal. Prácticamente nos dicen eso mismo. Las épocas que vienen son épocas de confusión, épocas de desorden, épocas de problemas y la gente esta necesitando una respuesta y debemos darles una respuesta. Esta bien, la gente esta necesitando una respuesta...pero cuando damos una respuesta, esa respuesta para muchos se convierte en dogma y esa respuesta no es de ninguna manera el resultado de registro interno.

En ese problema estamos nosotros.

Estas son épocas que necesitan respuesta, no cabe duda. Es necesario dar respuestas.

Como va a ser esa respuesta?

Va a ser una respuesta que fácilmente se nos convierta en dogma?

O va a ser una respuesta tal que permita al otro ser humano ubicarse a encontrar él su respuesta?

Como va a ser la cosa?

Una respuesta es mas fácil...va rápido, no hay que pensar mucho. Una respuesta, y ahí esta. Es mas útil, pero no se si contribuye a la libertad del espíritu.

Ahora...desde el punto de vista de la utilidad practica y de las cosas teóricas...la gente tiene respuestas, inclusive respuestas claras, categóricas, simples...tal vez sirviera mucho para ordenar sus propias vidas...

Acá hay que elegir: ¿que sera mejor? Dar una respuesta que sirva a la gente para ordenar sus vidas, tener coherencia y demás, aunque no la piensen, aunque no lleguen por sus propios medios, aunque sean dogmas...que sera mejor...será mejor eso?

O sera mejor darles posibilidades para que vayan buscando en una dirección y sigan con zozobra, inquietud, desorientación...que sera mejor?



www.imaginatuvuelo.blogspot.com

Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas (Mza), Hugo Novotny. En Obras 16/01/10

Parques de Estudio y Reflexión. Punta de Vacas.

Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas (Mza), Hugo Novotny. En Obras 16/01/10

Parques de Estudio y Reflexión. Punta de Vacas.