27 de enero de 2011

Extracto de una charla de Silo - Bs-as. 1993


Nada es posible si no está el espíritu. El espíritu no se fabrica. El espíritu no se mueve instrumentalmente. Uno tiene intencionalidad individual instrumental, o si no, no podríamos mover el cuerpo y actuar sobre el mundo. Con la intencionalidad individual instrumental nos movemos gracias a las imágenes emplazadas en diferentes profundidades del espacio de representación. Esto motiva al cuerpo hacia el mundo. Sin la intencionalidad individual instrumental no podría haber actividad humana direccionada. Gracias a la intencionalidad individual instrumental podemos registrar la intencionalidad al servicio de cada uno. Esta intencionalidad la descubrió Aristóteles, habló de ella Tomás de Aquino y la estudiaron con inteligencia y en profundidad Brentano y Husserl.

La intencionalidad individual instrumental explica todos los fenómenos de la conciencia humana. A esta intencionalidad la vemos muy útil, muy funcional, nos permite instrumentar cosas. Pero los individuos no están solos, no viven aislados. Las intencionalidades individuales convergen, divergen, chocan, pugnan.

Aquí aparece un nivel social en donde las intenciones individuales no son tan evidentes. Aquí aparece una intencionalidad general en donde la dirección es independiente de las intenciones particulares.

Las intenciones de lo social sólo pueden verse en proceso, no tomándole fotos a lo social. Hay que ver la película, ver en lo social tendencias, ver la dirección mayor de los procesos.

Esta intencionalidad general es una intencionalidad (no) instrumental. Esta intencionalidad trasciende al individuo (no es que sea la trascendencia, es que va más allá del individuo). Esta intencionalidad no instrumental pasa por los individuos, es decir los individuos la registran. Esto pasa cuando individualmente se registran ciertas cosas válidas para todos los seres humanos. Aquí uno podrá razonar: "Yo, individuo, qué tengo que ver con afirmar esas cosas universales de las que puedo prescindir". Mi individualidad puede afirmarse sin necesidad de afirmar "esas cosas válidas para todos los seres humanos".

Nos cagamos a palos por diferencias en las intenciones instrumentales y también a veces registro ciertas características comunes que no determinan mi intencionalidad individual instrumental.

Cuando pongo mi intencionalidad instrumental sobre la intencionalidad general, genero contradicciones porque me aparto de la correntada de la vida.

Esta intencionalidad general no es instrumental. Los pueblos van en la dirección de la intencionalidad general. El despliegue de la intencionalidad general va produciendo la historia.

La gente no piensa la intencionalidad general pero si la registra y la expresa.

El contacto con la intencionalidad general la gente lo expresa como algo bien hecho, sino, es la contradicción, la inversión y regresión de fuerzas.

ESTE NO ES UN TEMA PARA LA CABEZA SINO PARA EL CORAZON. ESTA INTENCIONALIDAD GENERAL NUTRE LOS CONJUNTOS, DA DIRECCION A LOS PUEBLOS A TRAVES DE LA HISTORIA.

¿Qué es lo que hace que uno en contacto con el conjunto sienta la empresa común? ¿Qué tiene que ver EMPRESA COMUN con INTENCIONALIDAD INSTRUMENTAL? Esto sólo es posible por sintonía con la correntada. No hay recursos experienciales para generar espíritu. SIN ESPIRITU NO HAY NADA, CON ESPIRITU HAY TODO.

Extracto de una charla en Bs. As de Silo con Enrique N., 1993

LA MUJER EN LA VIDA DE SILO

...

Silo: "Yo siempre he pensado que las diferencias de carrocería entre las mujeres y los varones son muy apreciables y muy interesantes, pero claro, siempre existe el mismo sistema nervioso y entonces se me ha producido un problema porque no he podido percibir una dicotomía muy fuerte.

Pero el sistema es un mundo de varones al que las mujeres no han podido tener acceso. Y basarse en diferencia de carrozado para dejar que la mitad de la población no tenga acceso, siempre me ha parecido un exceso.

Entonces el lugar que ocuparon las mujeres en mi vida ha sido el de luchar sin desmayo por su reivindicación total. Y continuar luchando por ella es el lugar que ocupará desde el punto de vista teórico y militante."


Entrevista en Play Boy

EL PEDIDO (Oracion). Silo 1975

Tocaremos otro punto que se refiere al pedido. Por que cuando uno pide normalmente por algo se hace relacionado a una persona. Pareciera que, normalmente, en pedidos religiosos u oraciones la vinculación es con Dios. Aquí, en el pedido, uno no pide nada a nadie...(risas). Es poco paradójico. Entonces, que clase de pedido es éste?...(risas) parece que hay varias intenciones, en esto del pedido. Uno puede pedir por un amigo enfermo, en una situación muy seria y difícil.

Cuando uno experimenta un fuerte afecto por ese amigo uno quiere que las cosas marchen bien con él. En realidad, eso es lo que normalmente nos pasa. Mas si uno es un pariente o amigo y quiere que las cosas marchen bien con la persona. Es normal. De tal manera, que ese sentimiento, que es normal, en el caso del pedido, es un sentimiento que es mas elaborado y más directo. Es el mismo sentimiento pero con una dirección y fuerza. Es la misma cosa que hacemos diariamente pero controlada.

Y como operamos con ese control? Nosotros imaginamos la situación de nuestro amigo como proyectada en una pantalla. Pero después no está. Si nosotros imaginamos cosas con fortaleza, no forzando la imagen, pero sintiéndola (risas) entonces el pedido tiene significado. Uno puede verificar si el pedido que uno hace es importante o no. Por lo tanto hay veces que no tenemos pedidos que hacer. Entonces va uno a pedir cosas que uno no siente?. Uno sólo pide por cosas importantes. Es el único el que se pide. Sólo eso genera fuerza en uno. Entonces, hay energía para dirigir esa emoción y esa imagen. Y que logra uno con eso? Muchas cosas.

La primera cosa: pidiendo en esa dirección - Horizontal - y no en forma vertical, hacia Dios por ejemplo, porque Dios será el que se encargue de ese trabajo....entonces uno tiene que analizar lo que pasa...(risas). Pero si uno pide en forma horizontal, al centrar esa emoción o ese sentimiento, esa imagen, nos predisponemos también en esa dirección. Y entonces en lugar de esperar que Dios ayude a nuestro amigo, es muy posible que uno haga algo por él. Porque la dirección en este sentido provoca un tipo de tonicidad muscular, es como cuando trabaja con el sentimiento en esa dirección donde la motricidad tiende a ir en esa dirección.

Entonces, el pedido tiene significado porque ayuda a que uno mismo se mueva hacia cosas que uno quiere que trabaja bien. Si estoy sin trabajo permanezco en mi cuarto pido a Dios que me consiga un trabajo (risas), psicológicamente estoy esperando a alguien toque a mi puerta y me ofrezca un trabajo. Pero si en lo contrario, ese necesidad que tengo de adentrarme en una fuerte emoción para lograr algo que se produce es muy probable que yo me mueva motrizmente para obtener el trabajo.

Hay aun otra razón para trabajar con esto del pedido. Algunas personas...(inaudible) que al pedir por cosas muy vitales las han logrado de alguna manera inexplicablemente, como si determinada energía haya sido movilizadas. Pero eso no es mas importante que las razones previas: De esta manera, el mecanismo del pedido es un mecanismo utilizado en los trabajos de la Religión Interior. Todo esto no quiere decir que aquellos que estén en la reunión tengan que hacerlo. Por que alguna persona puede no tener nada por que pedir entonces está bien.

26 de enero de 2011

Sobre el deseo y la posesión


Silo, exposición en Canarias 1976 (extracto)


..."¿Y qué hay más abajo del deseo, y qué hay más abajo de la necesidad? Algo, que de ningún modo desaparece. Detrás del deseo y detrás de la necesidad está sin duda, la posesión…

…Y basta ver como se comporta una persona cuando no tiene deseo por un objeto, pero alguien pone en peligro su posesión. Resulta que ahora la relación es con otra persona y ya no experimenta por esa otra persona ningún deseo, pero sigue experimentando por esa otra persona, posesión.

Y la posesión se traslada y no se trata sólo de posesiones físicas; hay posesiones morales; hay posesiones mentales; hay posesiones ideológicas; hay posesiones gésticas; hay posesiones rituales. Hay posesiones de todo tipo y todo aquello está, siempre, comprometiéndome con los objetos. De tal modo que basta que algo entre en el campo de la posesión de esos objetos que detento, para que mi posesión, que siempre está trabajando, se active con más fuerza. La posesión no cesa, y sí puede cesar el deseo.

El deseo tiene características no tan corporales, no tan físicas como la posesión. Uno puede desear lograr algunas cuestiones espirituales, diferente al registro físico de querer poseer algo espiritual. Observen qué sucede en el propio cuerpo cuando se desea simplemente, o cuando se posee, o cuando el deseo es por poseer. Y siempre el deseo tiene que ver con la posesión, que es su raíz.

Más abajo del deseo está esta posesión y tiene fuertes connotaciones físicas y fuertes registros físicos. Y este registro de la posesión tiene que ver con la tensión. Y se sabe que se está deseando poseer algo porque se registra una particular tensión. Y cuanto más fuerte es ese deseo de posesión, más fuerte es la tensión.

Y claro, uno se agarra a los objetos, uno se agarra a la vida, uno se agarra a las cosas; y se agarra con las garras, con las manos. De tal manera que no suelta uno esas cosas, y esto de no soltar cosas, esto, trae registros de tensión…

Seguramente el hombre, y ésta es la diferencia fundamental, tiene esa aptitud sobre las otras especies para soltar; tiene aptitud para alejarse de los objetos; tiene aptitud para desposeerse.

Hay algo en la estructura de la mente ya a nivel humano, algo que está preparado para que esta mente se libere de la posesión objetal. Y esta diferencia es grande ya, entre el ser humano y el mono….

…La mente humana seguramente es muy joven y todavía está muy ligada a la posesión. Pero según se ve en estos procesos y según se ve en el avance mismo de la mente individual, se avanza sobre todo cuando la mente es apta o es capaz para desposeerse.

Entonces sucede que la mente no registra tensión, entonces sucede que no hay registro físico de tensión, entonces sucede que los músculos no son necesarios con respecto a los objetos en el sentido de la posesión.”

Pero, ¿cómo podríamos decir que el ser humano no ha avanzado?. SILO 1980

Hay alguna gente que sostiene que el ser humano no ha avanzado para nada. Es obvio que el ser humano ha avanzado en su conquista científica, en su conquista de la naturaleza, en su desarrollo. Está bien, hay desarrollos de las civilizaciones que son desparejos, de acuerdo, hay problemas de todo tipo pero el ser humano y su civilización han avanzado. Eso es evidente. Recuerden ustedes otras épocas donde una bacteria hacía estragos, hoy una droga suministrada a tiempo soluciona el problema rápidamente. Media Europa sucumbió en un momento por una peste de cólera. Eso ha sido superado. Viejas y nuevas enfermedades son combatidas y seguramente serán derrotadas.

Las cosas han cambiado y han cambiado mucho. Pero es claro que en materia de sufrimiento una persona de hace cinco mil años y una persona actual, registran y sufren las mismas decepciones, registran y sufren temores, registran y sufren resentimientos. Lo registran y lo sufren como si para ellos no hubiera existido historia, como si en ese campo cada ser humano fuera el primer ser humano. El dolor va retrocediendo con aquellos avances pero el sufrimiento no se ha modificado en el ser humano, no se ha tenido adecuadas respuestas con respecto a ésto. Y en ese sentido hay una cosa despareja. Pero, ¿cómo podríamos decir que el ser humano no ha avanzado?

Tal vez porque haya avanzado lo suficiente hoy se esté haciendo éste tipo de preguntas y también por eso se esté tratando de dar respuesta a esos interrogantes que probablemente en otra época no hubiera sido necesario hacer. Las tres vías del sufrimiento no son sino tres vías necesarias para la existencia humana pero que han sido distorsionadas en su normal funcionamiento. Trataré de explicarme.

Tanto la sensación de lo que ahora vivo y percibo, como la memoria de lo que he vivido y la imaginación de lo que podría vivir, son vías necesarias a la existencia humana. Cercenemos algunas de éstas funciones y la existencia se desarticulará. Acabemos con la memoria y perderemos hasta el mismo manejo de nuestro cuerpo. Eliminemos la sensación y perderemos la regulación del mismo. Detengamos la imaginación y no podremos orientarnos en ninguna dirección. Estas tres vías que son necesarias a la vida, pueden ser distorsionadas en su funcionamiento convirtiéndose en enemigas de la vida, en portadoras de sufrimiento. Así, sufrimos cotidianamente por lo que percibimos, por lo que recordamos y por lo que imaginamos.

Hemos dicho en otras oportunidades que se sufre por vivir en una situación contradictoria tal como la de querer hacer cosas que se oponen entre sí. También sufrimos por temor a no lograr lo que deseamos a futuro, o por temor a perder lo que tenemos. Y, desde luego, sufrimos por lo que hemos perdido, por lo que no hemos logrado, por aquello que ya sufrimos antes, por aquella humillación, aquel castigo, aquel dolor físico que quedó en el pasado, por aquella traición, por aquella injusticia, por aquella verguenza.Y esos fantasmas que llegan del pasado, son vividos por nosotros como si fueran hechos presentes. Ellos, que son las fuentes del rencor, del resentimiento y la frustación, condicionan nuestro futuro y hacen perder la fé en nosotros mismos.

Basta con que una generación despierte para que haya despertado el Universo. SILO 1961

Los hombres viven fugados de la realidad. Duermen el sueño continuo. Se trata de ir despertando a la realidad hasta mantenerse despierto. Esto sólo puede lograrse con grandes esfuerzos y grandes ayudas.

Quien actúa mecánicamente no podrá transformarse. Son necesarios el deseo, el esfuerzo y la ayuda.

Se trabaja con gente de la misma generación, con hombres y mujeres de edad aproximada, con coetáneos. Y eso basta.

Basta con que una generación despierte para que haya despertado el Universo.

SUPERAR LO VIEJO QUE HAY EN TU INTERIOR. SILO

Ni aún lo peor del criminal me es extraño. Y si lo reconozco en el paisaje, lo reconozco en mí. Así es que quiero superar aquello que en mí y en todo hombre, lucha por suprimir la vida. ¡Quiero superar el abismo!

Todo mundo al que aspiras, toda justicia que reclamas, todo amor que buscas, todo ser humano que quisieras seguir o destruir, también están en ti. Todo lo que cambie en ti, cambiará tu orientación en el paisaje en que vives. De modo que si necesitas algo nuevo, deberás superar lo viejo que domina en tu interior.

¿Y cómo harás esto?

Comenzarás por advertir que aunque cambies de lugar, llevas contigo tu paisaje interno.

La compensación de la traición son las falsas esperanzas.. SILO

LAS FALSAS ESPERANZAS

Una vez en la vida o cada tanto tiempo, uno tiene que consultarse: ¿qué quiero, qué dirección le quiero dar a mi vida, cuál es mi “destino mayor"?

Las trabas que pone el sistema hacia eso conforman en síntesis muchos de los problemas de imagen de sí.

Todas las falsas esperanzas son del sistema y cuando uno proyecta su vida como que su desarrollo personal depende de la pareja, la guita, la familia, las amistades, se va a traicionar.

Así que para trabajar la traición va a tener que reconocerse fracasado, ¿pero fracasado en qué?, ¿en qué ha basado sus expectativas vitales, en falsas esperanzas, en otro?

Eso jamás va a resultar, porque ha basado su proyecto vital en el proyecto del otro, eso es cosificarse y cosificar al otro.

La compensación de la traición son las falsas esperanzas.

Y la mayor de las traiciones es no reconocerse, individuo con infelicidad capaz de transformarse. Y lo primero que hay que transformar es la dirección que uno tiene. Ahí aparece la resistencia: ¿si uno transforma o se dedica a trabajar la traición, el temor o la dirección, tiene que destruir todo lo que ha construido?

No es así, uno al trabajar eso direcciona nuevamente todo lo que ha construido. Lo que no interesa lo deja, pero lo que interesa continúa.

Si nosotros como conjunto humano, como individuos dentro de un conjunto humano, no avanzamos más, es porque no sabemos lo que valemos. Realmente no lo sabemos.

Uno descubre que su destino mayor tiene que ver con el sentido de la vida, que es de uno hacia otros.

EL PEDIDO Y LAS RESPUESTAS. SILO 1978

Cuando una persona hace una suerte de mantram, repite un sonido o trabaja con una imagen, está movilizando energía, depende de donde emplace esa imagen auditiva o visual, produce distintos efectos. Si esas imágenes tienen encaje emotivo, eso va.

Si esta imagen que se repite se internaliza en el espacio de representación. A ver, se acuerdan ayer, yo puedo cerrar los párpados y representar el cenicero allí donde está afuera o puedo representar el cenicero adentro. Bueno, si tomando una imagen cualquiera, la repito y la internalizo, la voy llevando hacia adentro, voy portando cargas no al disparo de los centros hacia afuera, sino que voy llevando cargas al disparo de los centros hacia el intracuerpo. Así que parece de mucho interés si trabajan con imágenes auditivas, supongan ustedes ¡oh guía! ¡oh guía!... Ese mantram, esa repetición de palabras la pueden ir muy bien internalizando.

Si lo trabajan esto durante unos minutos y luego de internalizar eso con carga afectiva y no mecánicamente, y cuando lo han internalizado adecuadamente, paran, van a notar una suerte de rebote interno, una respuesta. Si ustedes trabajan con una suerte de pregunteo, oh guía que pasa con no se qué... o lo que fuere, y paran, también sienten irrumpir en ustedes. una suerte de respuesta. Lo que hace mucha gente cuando se va a dormir y dice, bueno estos problemas los dejamos para mañana porque los consultaré con la almohada. Entonces se van a dormir y al otro día parece que se encajaron esos contenidos hicieron su particular trabajo y amigo, con que claridad se puede ver esto ahora. Como pasa también con el aprendizaje. Ahí hay mucha fatiga, mucho problema, pues uno deja todo eso y se va a dormir. Al día siguiente está clarificado todo lo que...

Esas respuestas internas tienen su mecánica, para que se den esas respuestas será necesario lanzar ciertos estímulos. Ustedes lo han hecho con otras actividades más mecánicas. Muchas personas han aprendido a nadar en una estación que no corresponde a la época en que uno nada. En los lugares muy fríos donde no hay piscinas cubiertas, la gente nada en verano y claro, las primeras veces nada muy mal, al verano siguiente sale nadando, aprendió en invierno, es decir se fueron acomodando todos los reflejos, así como en el sueño uno fue acomodando sus contenidos y salieron sus respuestas.

Acá también, con determinadas estimulaciones se producen reordenamientos y respuestas. Así que pueden tener respuestas muy sorprendentes si lo saben trabajar a esto. Ustedes saben que hay hasta físicos y matemáticos que han soñado las respuestas.


25 de enero de 2011

El Mensaje de Silo

El Mensaje de Silo por Silo. 25 de noviembre de 2010

EL MONTE ACONCAGUA. Informe Tokarev. Salvatore Puledda


Monolito, Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas, Monte Aconcagua


(Fragmento) El Informe Tokarev

"Luego todo quedó en silencio. Sus grandes ojos azules se hicieron profundos y estáticos, mientras el viento seguía dispersando el informe en todas las direcciones. Yuri creyó reconocer a Igor que, arrojando las hojas al aire, exclamaba: «¡Oh Siva, que hermosa es la nieve de Moscú!» Luego la brisa helada besó su rostro. Entonces el Aconcagua comenzó a moverse.

Enormes bloques de hielo caían uno tras otro mientras la nieve se fundía. El monte crecía y crecía cada vez mas alto y a medida que se elevaba se hacía transparente. Las rocas temblaban apartándose ante las paredes de cristal que se erguían en un tronar de cataclismo.

Allí, inconmensurable, estaba el monte Merú finalmente en pie, con su cima fugando hacia el infinito; uniendo la tierra con el cielo. Y en las aristas cristalinas de la gigantesca pirámide destellaron los colores del arco iris mientras una lluvia dorada revoloteó sobre las nieves eternas...

—Esta muerto —dijo Wilson. Luego cerró los párpados de Yuri.

Primero el túnel oscuro. Luego la luz, allá en el fondo. Por último, un suave bramido. Una voz dió la fecha: año, mes, día, minuto, segundo. Empezó a avanzar por el túnel hacia la luz. Despacio, luego a mayor velocidad, luego vertiginosamente, mientras la voz hacía pasar los años, los meses, los días. Y fue lanzado hacia el futuro, hacia el mismo centro del monte Merú.

Cruzó sus enormes murallas de cristal y llegó de pronto al corazón de hielo. Yuri V. Tókarev, nacido en Novgorod del 7 de julio de 1940 y muerto en el Aconcagua el 11 de junio de 1979, estaba ante la Luz.

«¿De donde vienes?», pareció preguntar la Luz. El toro negro cayendo bajo un golpe de maza en el matadero; las mujeres arrojándose sobre Igor en el ashram; el indio con su pequeño hermano, pidiendo 99 unas rupias para el sacrificio; el mismo Igor recibiendo partes de télex, aparecieron como imágenes que poblaron el aire. «¿Qué quieres ahora?». destelló la Luz. La milenaria voz del viejo Vergara dió la respuesta:

«Quien muere antes de morir, no morirá jamás». Luego la Luz introdujo una breve enseñanza:

«Reconcíliate con tu pasado». Todo se oscureció. La vida de Yuri, desde su nacimiento, fue pasando proyectada como un filme en el aire. Sentía pensamientos que llegaban hasta él y vivía esos pensamientos.

Sentía emociones que llegaban hasta él y vivía esas emociones. Y comenzó a perdonar en si mismo todas sus frustraciones, todos sus rencores, todo su pasado. Entonces su corazón quedo puro y abierto al percibir nuevamente la Luz: «Tu pasado te es perdonado. Despierta y sal fuera de este mundo».

Yuri sintió que era empujado hacia atrás. Luego un suave bramido. Una voz dio la fecha: año, mes, minuto, segundo y empezó a retroceder por el túnel alejándose de la Luz. Despacio, luego a mayor velocidad, luego vertiginosamente, mientras la voz hacia retroceder los años, los meses, los días... Y fue lanzado hacia el pasado, desde el centro del monte Merú, desde su corazón de hielo. «Despierta y sal fuera de este mundo... despierta... despierta..»"




Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas, Monte Aconcagua.

24 de enero de 2011

La aplicación de la Regla de Oro desde otras posiciones. SILO

Si se dice: “Ama a tu prójimo como a tí mismo por amor a Dios”, se presentan por lo menos dos dificultades. 1.- Debemos suponer que se puede amar a Dios y admitir que ese “amor” es humano, entonces la palabra no es adecuada; o bien amamos a Dios con un amor que no es humano en cuyo caso la palabra tampoco es adecuada y 2.- No se ama al prójimo sino indirectamente, por medio del amor a Dios. Doble problema: desde una palabra que no representa bien la relación con Dios, debemos traducirla a los sentimientos humanos.

Desde otras posiciones, se dicen cosas como éstas: “Se lucha por solidaridad de clase”, “se lucha por solidaridad con el ser humano”, “se lucha contra la injusticia para liberar al ser humano”. Aquí seguimos con la falta de fundamento: ¿por qué habría de luchar por solidaridad o para liberar a otros? Si la solidaridad es una necesidad, no es una cuestión que pueda elegir, en cuyo caso poco importa que lo haga o no lo haga ya que no depende de mi elección; si en cambio es una elección, ¿por qué habría de elegir esa opción?

Otros dicen cosas más extraordinarias, como por ejemplo: “en el amor al prójimo nos realizamos”, o bien: “el amor al prójimo sublima los instintos de muerte”. ¿Qué podríamos decir de ésto cuando la palabra “realizarse” no está clara si no se presenta el objetivo, cuando la palabra “instinto” y la palabra “sublimación” son metáforas de una Sicología mecanicista hoy ya, a todas luces, insuficiente?

Y no faltan los más brutales que predican: “Usted no puede obrar fuera de la Justicia establecida que está hecha para que todos nos protejamos mutuamente”. En este caso, no se puede reclamar desde esa “Justicia” ninguna actitud moral que la sobrepase.

En fin, quedan algunos que hablan de una Moral Natural zoológica, y aún otros que definiendo al ser humano como “animal racional” pretenden que la moral se derive del funcionamiento de la razón de dicho animal.

Para todos los casos anteriores, no cuadra bien la Regla de Oro. No podemos estar de acuerdo con ellos aún cuando nos digan que, con otras palabras, estamos hablando de lo mismo. Está claro que no estamos hablando de lo mismo.

¿Qué habrán sentido en los distintos pueblos y momentos históricos todos aquellos que hicieron de la Regla de Oro el principio moral por excelencia? Esta fórmula simple, de la que puede derivarse una moral completa, brota de la profundidad humana sencilla y sincera. A través de ella, nos develamos a nosotros mismos en los demás. La Regla de Oro no impone una conducta, ofrece un ideal y un modelo a seguir al par que nos permite avanzar en el conocimiento de nuestra propia vida. Tampoco la Regla de Oro puede convertirse en un nuevo instrumento de la moralina hipócrita, útil para medir el comportamiento de los otros. Cuando una tabla “moral” sirve para controlar en lugar de ayudar, para oprimir en lugar de liberar, debe ser rota. Más allá de toda tabla moral, más allá de los valores de “bien” y “mal” se alza el ser humano y su destino, siempre inacabado y siempre creciente.


¿Y QUE SUCEDIO REALMENTE?. ¿Que sucede realmente?. ¿Que sucedera realmente?. SILO. Canarias 1978

Habíamos comenzado casi nuestra conversación con esto de la memoria profunda a la que había que llegar con unas sondas complicadas para reordenar los datos infantiles más pesados; y ahora estamos diciendo que hay ciertos procedimientos para reordenar lo que pasó. Pero ¿es exactamente reordenar lo que pasó o reubicar el punto de vista acerca de lo que pasó?

Hay mucha gente que cree que en una determinada circunstancias pasaron equis cosas, y sigue con esa historia durante mucho tiempo. Luego se encuentra con gente que estuvo en esa situación y le pregunta, ¿y cómo fueron las cosas? La otra gente le dice fueron así, así, y asao. Y el dice: pero no, si fueron de otro modo. Pero ¿cómo va a ser de otro modo si yo estaba ahí presente?, (risas).

Resulta que el señor percibió las cosas como todos los otros; eso fue a memoria, pero resulta que este señor reelaboró los datos. Además confundió lo que pasó en sus sueños con lo que percibió en tres cosas, y terminó armando una historia singularísima.

Nada de eso que hay en su historia le sucedió, pero él cree que le sucedió, y además tiene un problema serio por lo que cree que le sucedió. ¡Pero no le sucedió en absoluto¡ Resulta que él tiene un enfoque de su pasado extraordinariamente trágico, y él no lo tiene integrado, no lo tiene proporcionado, y como hay cierto bloqueo de reversibilidad frente a ciertos temas o a ciertos puntos de su pasado, nuestro amigo no puede proporcionarlos a esos puntos, ni equilibrarlos pero trabajando tal vez con sus imágenes y detectando sus resistencias en el pasado, va descubriendo él la desproporción de sus hechos biográficos, o más que la desproporción de los hechos, la desproporción de lo que cree con respecto a sus hechos biográficos. Lo mismo, por supuesto, le sucederá a nuestro amigo con respecto al futuro y con respecto a lo que cree que le pasa en el presente.

21 de enero de 2011

La Fuerza


La Fuerza

La energía de la representación de la sensación del intracuerpo, como tradicionalmente fue definida es una energía sumamente sutil y poderosa, mediante su manipulación se pueden producir modificaciones en el propio ser y más allá de él.

La Fuerza es la manifestación de lo Sagrado que hay en uno, llega desde la profundidad del ser humano, para guiarlo, su correcta interpretación y uso posibilita al ser humano la superación de los condicionantes que parecen limitar a la conciencia.


Quien toma contacto con La Fuerza, se encuentra ante la posibilidad cierta de la trascendencia, con la evidencia inequívoca de lo Sagrado. No necesitamos de la fe para reconocer lo Sagrado.


La Fuerza se obtiene en algunas ceremonias realizadas en lugares Sagrados. Una vez tomado contacto con La Fuerza, conocida también como Energía Espiritual, ésta se desarrollará según el tipo de vida que lleves.


El contacto con la Fuerza provoca una aceleración y aumento de la energía psicofísica, sobre todo si cotidianamente se realizan actos coherentes que, por otra parte, crean unidad interna orientando hacia el nacimiento espiritual.


La Fuerza se puede exteriorizar a distancia y mayor es su influencia si actúan numerosas personas. Entre familiares, amigos y seres queridos, la acción de la Fuerza aumenta.


El Universo y la Vida

Una intención evolutiva da lugar al nacimiento del tiempo y a la dirección de este Universo. Energía, materia y vida, evolucionan hacia formas cada vez más complejas. Cuando la materia se comienza a mover, nutrir y reproducir, surge la vida. Y la materia viviente genera un campo de energía al que tradicionalmente se ha llamado “alma”. El alma, o doble energético, actúa en el interior y alrededor de los centros vitales de los seres animados.


Los seres vivos se reproducen y en ese acto pasa, a través de las células en fusión, el campo energético que configura un nuevo ser totalmente independiente. Los cuerpos vivos necesitan de elementos sólidos, líquidos, gaseosos y radiantes (los 4 elementos), para nutrirse y realizar sus funciones. Además, los dobles energéticos requieren sensaciones de distinto potencial para lograr su desarrollo. Con la muerte se produce la disolución del cuerpo al tiempo que ocurre la separación y aniquilamiento del doble energético.


La evolución constante de nuestro mundo ha producido al ser humano (el quinto elemento), también en tránsito y cambio, en el que se incorpora (a diferencia de las otras especies) la experiencia histórico-social capaz de modificarlo aceleradamente. El ser humano llega a estar en condiciones de salir de los dictámenes rigurosos de la Naturaleza, inventándose, haciéndose a sí mismo física y mentalmente. Y es en el ser humano donde aparece un nuevo principio generado en el doble. Desde antiguo a este nuevo principio se lo llamó “espíritu”. El espíritu nace cuando el doble vuelve sobre sí mismo, se hace consciente y forma un “centro” de energía nueva.


El Espíritu Humano

El ser humano no ha terminado su evolución. Es un ser incompleto y en desarrollo que tiene la posibilidad de formar un centro interno de energía... tal cosa ocurrirá de acuerdo al tipo de vida que lleve. Según que los actos realizados sean coherentes, se irá estructurando un sistema de fuerzas centrípetas al que llamamos “espíritu”. Según que los actos sean contradictorios, el sistema será centrífugo y por tanto no habrá nacido el espíritu o tendrá una conformación elemental sin desarrollo.


Un ser humano puede nacer, llevar adelante su vida, morir y disolverse para siempre y otro puede nacer, llevar adelante su vida, dejar su cuerpo y seguir evolucionando sin límite. El ser humano en su bondad, en la eliminación de las contradicciones internas, en sus actos conscientes y en su sincera necesidad de evolución, hace nacer su espíritu. Para la evolución son necesarios el amor y la compasión. Gracias a ellos es posible la cohesión interna y la cohesión entre los seres que posibilitan la transmisión del espíritu de unos a otros. Toda la especie humana evoluciona hacia el amor y la compasión. Quien trabaja para sí en el amor y la compasión, lo hace también para otros seres.


Cuerpo, Doble y Espíritu

La producción y reproducción artificial de vida están al alcance del ser humano; también la prolongación del ciclo vital. En todos los casos, el ser humano será acompañado por su campo energético hasta un tiempo después de la muerte física. Si se ha generado el espíritu, éste podrá permanecer en regiones próximas al plano de la vida física, pero finalmente cumplirá con su ciclo de espíritu individual para seguir avanzando hacia planos más evolucionados. El espíritu se puede formar tomando energía del doble. La acción del doble se manifiesta en ocasiones fuera del cuerpo sin que haya ocurrido la muerte.


El doble puede permanecer sin disolverse por un tiempo luego de la muerte si ésta se ha producido de un modo violento, quedando el campo energético desplazado desde el cuerpo hacia el ámbito en que se produjo el deceso. Esos dobles fijados a ciertos ambientes no poseen sino una aparente conciencia de tipo refleja, permaneciendo en ese estado durante un tiempo hasta que pierden cohesión o se desacomoda el ámbito físico al que estaban adheridos.


Hay casos de relativa permanencia, originados por un fuerte deseo de testimoniar o por afectos muy profundos de amor y odio referidos a otras personas. Los dobles de animales y vegetales pueden quedar también adheridos a ciertos ámbitos hasta su pronta disolución. Por último, existen conglomerados energéticos de considerable energía que actúan sin llegar a formar verdaderos dobles.


La Fuerza y el Espíritu

La Fuerza se manifiesta “naturalmente” en situaciones límite, el escalofrío es una manifestación del doble energético que intenta activar al organismo frente a un hecho desconocido, otras manifestaciones pueden producirse en heridas o en respuesta a enfermedades, en todos los casos es característico el cambio de tono en la sensación del cuerpo, generalmente acompañado de vibración o temblor, y cambio abrupto de la temperatura corporal, ya sea calor o frió.


La Fuerza dirigida voluntariamente permite generar el Espíritu, esto se logra progresivamente haciendo circular la fuerza por el cuerpo tratando de evitar que se concentre en puntos específicos. Luego de una prolongada y metódica práctica, se podrá sentir como la fuerza comienza a formar un centro de energía nueva dentro del cuerpo, este centro puede difundirse o concentrarse a voluntad según sea el deseo del que opere así. La experiencia de la Fuerza lleva al aumento del nivel atencional, y a subidas en principio breves, pero cada vez mas pronunciadas del nivel de conciencia.


El aumento de la Fuerza permite tener un mayor autocontrol, impidiendo que situaciones desafortunadas modifiquen el tono emotivo que irá en aumento hacia la alegría y emoción permanente. El estado de conciencia emocionada aparecerá progresivamente, y será necesario aplicarle una atención considerable para poder controlarlo y tranformarlo en conciencia inspirada. Si logras controlar tu estado emocional podrás pasar a la siguiente etapa, la conciencia inspirada. Aprende a guardar silencio y posturas físicas correctas. La Fuerza te guiará si le prestas la debida atención.


El dolor y su ausencia son guías ineludibles, todo procedimiento o acción que genere dolor conlleva una pérdida de Fuerza y de cohesión interna, pero entraña un reto, un dolor generalmente es energía concentrada en el lugar equivocado, aprende a relajar y redireccionar la fuerza concentrada en esos puntos para ganar en Fuerza y cohesión.


El dolor y el sufrimiento que experimentas, retrocederá si avanza el buen conocimiento, no el conocimiento al servicio del egoísmo y la opresión. El buen conocimiento lleva a la justicia. El buen conocimiento lleva a la reconciliación. El buen conocimiento lleva, también, a descifrar lo sagrado en la profundidad de la conciencia.


Toma al ser humano como máximo valor por encima del dinero, del Estado, de la religión, de los modelos y de los sistemas sociales. Impulsa la libertad de pensamiento. Considérate con iguales derechos y oportunidades para con todos los seres humanos. Reconoce y alienta la diversidad, oponte a toda discriminación. Aprende a resistir la violencia que hay en ti y fuera de ti.


Quien usa la Fuerza en beneficio de todos y de cada uno, trabaja en pos de la inmortalidad y lo sagrado. Quien se siente uno con su Fuerza, posee una energía poderosa capaz de nutrirlo en sus mejores aspiraciones. Los actos coherentes hacen crecer la Fuerza en ti, son actos coherentes aquellos en los que haces coincidir concientemente lo que piensas, con lo que sientes y haces. Para que la Fuerza crezca en ti debes, además, superar la mala conciencia, reconociendo tus fracasos, aspirando a perdonar, y perdonarte, reconciliándote. Toma el camino de la persuasión, evitando todo forzamiento. Y propónte dar cumplimiento a una antigua regla que recuerda tratar a los demás como quieres ser tratado.


El trabajo con la Fuerza implica iniciar una vida nueva, buscando los signos de lo sagrado en el interior de nuestra conciencia. Esta luz que nos guía y reconforta en los momento difíciles, y nos permite iluminar de sentido nuestra vida y la de quienes nos rodean. La Fuerza anida en aquel que busca la paz mental, y lo carga de alegría y convicción, abriéndole paso al más allá.

Silo

20 de enero de 2011

Sobre la Intencionalidad

..."Existe algo que es más real, más concreto que una pared de cemento armado: es la intencionalidad del ser humano, es nuestra intencionalidad, nada más poderoso, nada más digno y más posibilitario y de la que nadie... nadie se puede apropiar. Estamos viendo el final de un milenio, falta poco tiempo, los valores cretinos se derrumban, y bueno, algún ruido van a hacer, nos vamos a divertir

Es cierto que nosotros también estamos afectados por esta crisis, porque bueno, somos pasajeros de esta nave espacial, pero también es cierto que estamos más sanos sicológicamente, es necesario entonces que nos cuidemos mutuamente, que atendamos al otro y contar incondicionalmente con el apoyo de ese otro.

Entonces, cuando me sienta debilitado, preocupado, desestabilizado o temeroso (...esa rara mezcla), sé que no estoy solo, siento una especie de protección, sé positivamente que hay una intención lanzada, un proceso en el cual estoy incluido y eso me acompaña, me da fuerza y alegría"


Silo. Mza, 29 de Abril de 1989

Pressenza - Ceremonia de recuerdo a Silo en Punta de Vacas

En el mismo sitio histórico donde Silo fundó un movimiento mundial en 1969 con la arenga conocida como La Curación del Sufrimiento, hoy se realizaron ceremonias para recordar a este guia espiritual. Cientos de personas se acercaron al Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas, donde se dispersaron las cenizas de Silo, que partió el 16 de septiembre pasado en Mendoza.

Libertad interna como indicador de Centro de Gravedad. SILO 1993. Madrid

Las referencias para dar una dirección mental y hay quienes pueden seguir esa dirección con facilidad, mientras que otros lo hacen con dificultad, dándose encontronazos a cada paso. También proponemos el tema del centro de gravedad interno o, presentado con otro leguaje, hablamos de sentido de la vida, de humanizar. Esto aparentemente no tiene mucha gracia, no aparece chispeante ni atractivo y la gente tiende a lanzarse a otras cosas más llamativas, dejándose atrapar sicológicamente.

El problema es que al des-centrarse, al salirse de enmarque, se produce sufrimiento en uno y en los demás.

Cuando vemos (cada vez menos) a la gente encantada con cosas del sistema, están fuera de sí, alteradas y no pueden oír, de modo que no nos queda otra posibilidad que esperar a que se desencanten, se des-ilusionen para poder escuchar nuestro punto de vista.

Contar con centro de gravedad propio, no parece tener atractivo y es algo que se aprende y se construye, no es algo que se da por sí sólo.

En efecto, al estar descentrado se produce sufrimiento y uno siente que “todo le pasa” y no sabe bien por qué. En cambio, cuando se cuenta con centro de gravedad uno está libre y eso es extraordinario. Esa libertad interna es lo importante aunque no tenga tanto atractivo en apariencia. Ese centro de gravedad y esa libertad interna no acarrean sufrimiento ni a uno mismo ni a los demás. La libertad interna es el indicador del centro de gravedad y la conducta válida hacia los demás es su correlato humano.

Esto nos lleva a ver el concepto de la existencia “en sí” y la existencia “para otros”. Hay quienes, al no disponer de centro de gravedad, siempre están dependiendo de los demás, de los valores externos, resultando huecos por dentro, llevados por el oleaje externo permanentemente, siendo arrastrados como hojas por el viento y moviéndose siempre con una mirada externa en donde todo se ve plano, movido por hilos externos y sin profundidad.

Con la mirada interna todo se dimensiona.
Es importante comprender los mecanismos de la fascinación que producen la pérdida del centro de gravedad.
Uno puede fascinarse por poca cosa, por una hormiga, una piedra, y mucho más por las personas, equivocándose y produciendo sufrimiento.

Así llegamos a ver que el problema es que el ser humano sufre por pequeñeces, no por grandes acciones y se frena todo. Además, al no poder sustentarse ese sufrimiento por nimiedades, mecánicamente de inventan “grandes problemas”, “enormes sacrificios”, “traumas dramáticos”, “tremendos inconvenientes”, etc. Todo inconsistente. No es poca cosa el poder superar las fascinaciones y ver claro. Este sufrimiento por pequeñeces confunde mucho a la gente a la hora de hacer lo que realmente quiere y todo se frustra.

Uno ha de aclararse respecto de lo que realmente quiere y hacerlo coherentemente, sólo hay una condición: no perjudicar a nadie. Por eso distinguimos entre un sufrimiento padecido por las contradicciones internas y aquél provocado por quienes siguen los valores del sistema y quieren hacer sus caprichos a toda costa, sin tener en cuenta a los demás, sufriendo y haciendo sufrir por eso. A escala social, los trepadores del sistema hacen eso: sufren y hacen sufrir a todos con sus “tropismos”.

Unas de las pequeñeces frecuentes son los temores infundados, siendo el temor a la muerte el mayor, el mayor de ellos junto con el temor a la enfermedad y a la vejez. Sucede que, de todos modos, se envejece y se muere, para qué desaprovechar el corto período vital con fantasmas, si por el contrario, se debería aprovechar al máximo. Es curioso cómo los temores oscurecen y alteran con ilusiones, con algo que no pasa en realidad.

La soltura interna, sicológica, se logra aprendiendo a circular por los tiempos de conciencia sin cargas, sin pesos ni zonas oscuras, es decir con libertad y sin sufrimiento y, también, con el diálogo a cierto nivel con otros que pueden ayudar a despejar problemas e ir aprendiendo respecto de aciertos y errores. No hay que temerle a los cientos de errores que se pueden cometer porque son errores pequeños y, si están en buena dirección, son “inversión de aprendizaje”. Ojalá uno pudiera cometer un error tremendo y aprender de golpe, pero, en general, se comenten errores pequeños, subsanables. El punto está en la carga mental que se le ponga a todo, en donde se oscila entre el dramatismo gravísimo a la sin importancia cínica.

Centro de Estudios en La Belle Idee

Parques de Estudio y Reflexión.
La Belle Idee.
a environ 70km a l'est de Paris. Francia


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19 de enero de 2011

“…desde mí sale algo al mundo”

Comentarios de Eduardo Gozalo. Septiembre 2005

Eduardo Gozalo

“…desde mí sale algo al mundo”.


"Deberíamos reflexionar sobre qué actividades queremos hacer y para qué, qué sentido tiene hacerlas? Porque sino, no le transmites a la gente el verdadero sentimiento. Le damos a la gente ideas, pero no una experiencia clara.

A veces ocurre que uno está muy cómodo y el mundo le molesta, alguien que llama por teléfono, alguien que viene al local y pregunta ¿esto qué es?, uno tiene tanto óxido que le da pereza informar al otro. Habrá que aflojar y caer en cuenta de que gracias al mundo yo existo.

Tenemos problemas de imagen a la hora de hablar con la gente y decirle lo que uno siente, nos quedamos en el yo, no nos abrimos y nos quedamos encerrados.

Es importante no esperar que las cosas vengan de los demás, esto te puede llevar a consentir hasta el maltrato; sino hacer lo que yo siento realmente, desde mí sale algo al mundo.

A veces cosas sencillas como expresar agradecimientos y buenos deseos de corazón a la gente cercana, crea una buena relación que permite esa apertura.

En general tenemos una dificultad personal de apertura, decirle a la gente lo que nos pasa. El individualismo generalizado en esta sociedad, también lo tenemos nosotros. Nos cuesta romperlo, por tabúes, por miedos, por la imagen de sí, por lo que sea, no le dices al otro lo que sientes. Uno puede decir al otro lo que siente y el otro que haga lo que quiera, el problema no es el otro, soy yo que no me abro. Gracias a que hay otros me puedo abrir, debo agradecer que hay otra gente. Me abro y hablo de mi experiencia si el otro pregunta, yo le puede decir como ejercitarlo y profundizar.

La mayor dificultad que tenemos es esta, en el medio hay cerrazón, pero eso no es excusa. Casi por salud personal necesitamos abrirnos, al que te escuche, sea joven o mayor, da igual. Transmitir la experiencia y escuchar al otro de otra manera.

Si diariamente estás mentando en abrirte, si desde que te levantas hasta que te acuestas haces pedidos para abrirte, se te aparecen otro tipo de imágenes, ocurrencias, casualidades.

Has acumulado una cantidad de experiencia positiva en tu vida, ¿a quien vas a dejar esa experiencia cuando te vayas? Es una herencia dásela a alguien, porque sino te vas y te la llevas contigo. Si das esa experiencia no se pierde sino que se van haciendo "copias" en otros. Tú piensa lo que quieres hacer y ese regalo que quieres dar, dalo al otro, da igual lo que diga el otro.

¿Percibo al mundo como una estupidez o veo al mundo como una necesidad?

Deberíamos darnos cuenta de lo que uno debe a los otros, uno no podría existir si no hubieran existido nuestros antepasados. Gracias a nuestros antepasados podemos estar en estas condiciones y plantearnos estas cosas.

Si no hubiera otra gente tampoco podría vivir como vivo, no vivimos aislados unos se encargan del gas, otros de traer alimentos, hay mucha gente haciendo cosas para que yo pueda vivir como estoy viviendo.

Esta sociedad consumista está muy arraigada aún, es con los que han fracasado con los que podemos hablar.

Hay una intención, una dirección en todo. Uno puede elegir si sigue esa dirección o no, pero ella está. Me puedo quedar en el mundo ocasional, del yo, de la imagen, del que dirán o en el otro mundo de lo trascendental. Si dejas que "eso" se exprese más, pasarán cosas interesantes, es un proceso, una dirección".

LA VIDA BUSCA EL CRECIMIENTO, NO LA COMPENSACIÓN DE LA NADA.

Raspaditas y Medialunas


Relato desde un café...

Busqué el café, ese con mesas afuera donde tantas veces había estado, pero no lo podía reconocer. Si era éste, entonces sería que lo habían arreglado. Sé que estaba en esta ubicación, a este lado de la calle a mitad de cuadra, pero no era el lugar que recordaba.

Sin embargo el mismo nombre, ahora diseñado con letras asombrosamente modernas de estilo minimalista, distinguía su fachada. Así es que tomé seguridad y empujando la puerta, entré.

Me instalé cerca de la ventana, donde solía tomar asiento. A esta hora no había mucha gente y el local estaba más bien desocupado. No, no lo reconocía. Definitivamente habían reemplazado las lámparas por unas de acero inoxidable completamente diferentes a esas con luces más bien cálidas que antes había. También las mesas eran ahora más pequeñas y de superficies lisas de apariencia más actual. Sin duda habían pintado las paredes, no sé porqué les puede haber interesado tanto remozamiento, el hecho es que el espacio se me aparecía más amplio aún cuando habían varias mesitas más.

Se lo pregunté a la muchacha que me atendió.

“Tenemos la franchise de una cadena internacional. En todas partes los muros están pintados con los mismos colores y los muebles son iguales, idéntica iluminación, pisos cerámicos como éste; todo se ha modernizado y está arreglado igual que en Buenos Aires, Toronto o Barcelona. Quedó lindo, no?”, me respondió.

No sabría si calificarlo de lindo, quizá sólo de limpio e impersonal, de un espacio sin historia... pero bueno, al menos había comprobado que estaba en el lugar correcto. Ya estaba acá.

“Tráeme un café, por favor”, solicité, mientras abrí mi periódico.

Diligentemente ella regresó con un vaso chico con agua con burbujas. Y también con una taza con ese inconfundible aroma del café espresso recién hecho. Me advirtió que no me dejaba un cenicero porque ahora ya no se puede fumar.

Algo me faltaba, algo que ahora no estaba... Para mi sorpresa no me había traído la raspadita!

Siempre que vine acá, en temporadas previas a que arremetieran con esta remodelación, tenían la cortesía de agregar esas masas típicas de la zona que llaman con el curioso nombre de raspaditas.

Recuerdo que una vez incluso pregunté a qué se debía tal denominación y me explicaron, tomándose todo el tiempo del mundo y con esa amabilidad tan característica de quien no tiene realmente ninguna otra cosa más importante que hacer, que la mezcla preparada con harina, agua, sal y grasa es dispuesta en un horno de barro calentado con fuego a leña. Evidentemente se hacen a un lado las brasas para ir disponiendo rodajas de masa chata que, tornándose doradas y tersas al ir cociéndose, salen bastante oscuras por debajo. Finalmente, al retirarlas del calor, se las raspa con un cuchillo para quitarles lo quemado.

Me explicaron también que desde que se asentaron en esta localidad, muchísimos años atrás, armaron los característicos hornos de barro donde a campo abierto fueron preparando las masas compactas, saciadoras, que son las que conocemos hoy como raspaditas. Es decir que junto con los primeros poblados, se vienen horneando acá estos panes que han quitado el hambre a tantos, sobretodo a quienes trabajaron en las zonas rurales antes del tiempo en que se construyera la ciudad.

Los campesinos iban a arar la tierra o a trabajar en la cosecha con ellas en el bolsillo, para tener a qué apelar en momentos de necesidad. Como son duritas, secas, estas masas no se ponen añejas tan fácilmente sino que mantienen su textura que da gusto mordizquear con una cierta fuerza para desprender un trocito y hacerlo durar en la boca, paladeando el salado con un dejo algo graso de su sabor.

Comentaron que esa tradición popular de tener las raspaditas calientes para ofrecer al forastero, perduró una vez establecidas las coordenadas urbanas y levantadas las construcciones. Así, no solamente fue la generosidad rural la que salió al encuentro del visitante con las características masitas, sino que la ciudad se ufanó también de recibirlos con el mismo cariño dando origen a un trato afectuoso basado en los modales de entonces. Es más, cuando las cafeterías abrieron sus puertas sobre las calles céntricas ya casi un siglo después, tomaron la costumbre de recibir al cliente con raspaditas recién horneadas acompañando el té o el café.

Es verdad que no se pudieron cocinar directamente en los locales comerciales, pero si adquirirlas desde una amasandería que las distribuía diariamente de boliche en boliche, trabajando sus hornos con leña tal como se hacía antiguamente para poder mantener el característico sabor de lo hecho a las brasas y su correspondiente raspado de lo quemadito por debajo.

¿Por qué, esa estupenda tradición de dar la bienvenida con un alimento de consistencia contundente pero tamaño relativamente pequeño como es el de estos pancitos en cuestión, ha cesado tan súbitamente y sin explicación alguna?

Llamé a la misma señorita que me informara sobre el asunto del franchise a ver si podía dilucidar este nuevo desconcierto.

Se acercó mirándome con bastante sorpresa, como si mi consulta sobre la ausencia de lo que me parecía irreemplazable estuviese completamente fuera de lugar.

“Usted no las ha solicitado”, dijo. “Y además, ahora ya no tenemos raspaditas. Si quiere acompañar su café con algo para comer, puedo traerle unas medialunas. ¿Cuántas le gustaría pedir?”, agregó con el tono de la sutil impaciencia que sienten los comerciantes cuando están a punto de vender algo.

Pedí dos, porque me pareció que una sola la dejaría a ella desconforme, aunque antes una sola masita era más que suficiente. Incluso ocurrió en varias oportunidades que las conversaciones con mis amigos se extendían, como si el tiempo juntos tuviera la propiedad de dilatarse, gracias a que alguno seguía desmigajando lentamente entre sus manos el panecillo para paladearlo con la tranquilidad que esa consistencia pesada imponía. Pero pedí dos medialunas por si me daban tiempo a terminar mi periódico sin interrupciones.

Sólo que no pude evitar pensar en la Media Luna como un signo que fue adoptado por los turcos otomanos festejando su conquista de Constantinopla en el año 1453... esa media luna que luego pasara a ser un emblema de todo el mundo musulmán.

Constantinopla, la que antes de Constantino fuera Bizancio, ciudad agradecida de su diosa lunar Artemisa por haberla salvado de un asalto. Bizancio, que puso la luna fina de esa diosa protectora en sus estandartes para mantener viva la memoria de la noche en la que sus defensores pudieron evitar un ataque nocturno, detectando una brecha que vieron en las murallas gracias a la luz blanquecina. Bizancio y su significativo emblema que hicieron propios los turcos al hacerse de la ciudad del Bósforo y seguir, más adelante en la historia, invadiendo territorios.

Fue en 1683 que los otomanos al mando del gran visir Kara Mustafá, después de haber conquistado la mayoría de las regiones ubicadas a orillas del río Danubio, levantaron un cerco en torno de Viena a la que querían dominar para adjundicársela, como hicieran dos siglos antes, con Constantinopla.

Pero los vieneses aguantaron resistiendo bien el cerco sin rendirse, aunque los turcos rodearan sus murallas e intentaran socavarlas por debajo cavando únicamente de noche para no ser sorprendidos. Nadie los escuchaba mientras dormían. Sólo que, allá como acá, hay quienes trabajan para cuando nos despertemos y los panaderos amasaban una noche cuando escucharon el trabajo incesante en torno a la amurallada ciudad austríaca y dieron la señal de alarma. Al final, fueron los defensores los que terminaron tomando por sorpresa a las tropas musulmanas, obligándoles a levantar el sitio y después expulsando al ejército enemigo.

Por eso los panaderos de Viena, mofándose de los turcos otomanos y en señal de agradecimiento a sus soldados, elaboraron un pan con la forma de su media luna. Un pancito que después los refinados franceses del siglo XIX terminarían llamando croissant.

Y heme aquí en frente de mis dos medialunas, croissants de masa de hojaldre, que mantienen esa forma curva de la media luna fértil de Artemisa. Facturas, como también las llaman pasando por alto al distintivo signo del mundo musulmán, preparadas con manteca o con grasa según sean dulces o suavemente saladas, pero siempre tan típicas del desayuno francés. Eso, pancitos afrancesados, hechos con masa de hojas y barnizados con un especie de almíbar que las hace más brillantes.

Tal vez será porque ya mi café se ha ido enfriando, el asunto es que al intentar partir la medialuna sosteniéndola entre mis dedos, me pareció que su masa se estiraba demasiado y resultaba exesivamente liviana, casi insustancial. Será que le ponen mucha levadura o será por el extracto de malta, no sé cómo se las arreglan para que sea tan esponjosa. Es casi como comer aire, no poderla ni masticar y ya pasa a estar en alguna fase ulterior del proceso digestivo, quedando en el paladar un gusto avainillado que preferí tornar más amargo con un sorbo del líquido de mi taza. Dos, tres mordiscos y he terminado con lo de las medialunas, no quedan de ellas más que unas cascaritas deshojadas sobre el plato.

¿Saciedad? Ni hablar! Más bien el sabor de lo efímero, de lo que la cafetería que últimamente se ha puesto arribista y pretende pasar por internacional, considera que le da ciertos aires de mundializado. Comida veloz que lleva a ingerir más imagen que otra cosa, que deja en la boca la necesidad de pasar el gusto con el último sorbo del café ya frío, tal como la cultura de este nuevo siglo que va uniformando todo para no profundizar en la raiz de ninguna experiencia, para no asumir las diferencias que nos dan identidad, para pasar por alto las tradiciones locales que tienen sus significados para las costumbres.

“Acá está su cuenta”, me dice entregándome un papelito impreso la mesera apurada, seguramente queriendo desocupar el asiento porque el local se ha ido llenando de clientes.

Sí, por supuesto, bastante más caras estas medialunas que la raspadita de antes. Hacen buenos negocios, eso es lo que más les interesa, las ganancias en dinero y el poder fugarse del tiempo del ocio en el que puedan emerger preguntas inquietantes.

Pero además sigo teniendo entre mis dedos este asunto medio pegajoso del almíbar con que las hacen parecer brillantes... ¿cómo hago? ¿me despido de la muchacha con un par de suaves palmaditas en su hombro que disimulen de paso que me estoy secando los dedos en su camiseta? ¿dónde puedo limpiar este pegoteo que me molesta?

Sin duda en algo que sea de otro y no mío, en la silla, en la mesa tan moderna, porque la servilleta ya está sucia, no en mi periódico que quiero seguir leyendo, más bien en algo que evidencie la irritación que nos produce ir renunciando a lo que nos caracteriza, que deje en claro este trato desalmado que nos estamos dando, que manifieste que lo de los demás ya no nos importa un bledo, menos aún nos interesan los que son foráneos y no se prestan a para hacer negocios.

Pasamos por todo lo más rápido posible, encerrados como estamos en nuestras conductas desconfiadas, alejados de los demás y de nosotros mismos, sintiéndonos más solos que nunca en el mundo interconectado donde ya no nos acogemos, no nos queremos, no nos cuidamos unos a otros.

O mejor, me chupo bien los dedos para terminar con el pegajoso sabor de lo mundializado.