La Conciencia humana es muy joven.
¿Qué son 2 o 3 millones de años en la historia de la vida en este planeta?
Imagínense aquellos momentos, una especie bastante mal equipada para defenderse de las agresiones de su entorno, un cro-magnon vagabundo en quien un día se manifiesta por primera vez un fenómeno no propio del mundo natural..., un fenómeno no propio de su naturaleza...:
Tuvo que pasar bastante tiempo para que este fenómeno pudiera manifestarse nuevamente, tal vez 200 ó 300 años más tarde, en algún descendiente.
Captó -en el fondo de esa conciencia en penumbras- algo que no comprendió, captó una intención lejana, y la proyectó fuera de sí, sobre ese mundo natural que lo rodeaba y no comprendía.
Comenzó a agruparse con otros para defenderse mejor y poder satisfacer sus básicas necesidades.
Tal vez un día, en una zona cálida, vio una rama caer y como al chocar con otra se producía un extraño fenómeno: el fuego... Primero aprendió a conservarlo y luego a producirlo.
Testimonio de esto lo tenemos en las pinturas rupestres que han sido encontradas en las cuevas, donde intentó plasmar ese extraño fenómeno no manifestado en ningún otro ser viviente.
A partir de allí, esa conciencia primitiva fue creciendo y emergiendo de las tinieblas impuestas por el mundo natural, en un proceso que al principio fue lento y que cada vez se aceleró más y más.
Su conciencia iba poniendo orden a ese mundo natural, creyendo descubrir las leyes que regían ese extraño universo al que se sentía arrojado.
Un chispazo de comprensión, otro, y otro. Fue creciendo y abarcando todo con su conciencia. Y cuando sus sentidos le quedaron estrechos inventó instrumentos para multiplicar los alcances de esa limitada prótesis natural que era su cuerpo.
Y así como en un salto..., hasta llegar a Hegel, cúspide de un momento histórico, máximo exponente de ese pensamiento, de esa abstracción que lo llevó a creer que lo natural tenía leyes, tenía sentido, tenía finalidad, y que é se acercaba a su comprensión.
Hoy ese "mundo hegeliano" también murió, y empiezan a operar las tendencias reales de la Historia y no la idea de la historia.
Hoy está crujiendo el edificio del pensar humano, de un modo de pensar de un mundo que se fue.
Estamos frente al principio de la Historia humana.
Muchas veces se ha pasado por encrucijadas históricas similares, que afectaron a un pueblo o a una civilización. Hoy, por el avance de las comunicaciones y la mundialización creciente, es toda la especie simultáneamente la que se encuentra en este punto.
Hoy ya se está dirigiendo la mirada hacia ese instrumento limitado que es el propio cuerpo, con la intención de romper la última atadura que impone lo natural.
Con avances, retrocesos, líos, la conciencia humana avanza. No es azar, es un proceso bien acotado, con una intencionalidad clara, con una dirección, con una fuerza que nada podrá detener.
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