¿Qué energía movió todo? ¿Qué motor poderoso puso el ser humano en la historia, sino la rebelión contra la muerte? Porque ya desde antiguo, la muerte como sombra acompañó su paso. Y también desde antiguo, entró en él y quiso ganar su corazón.
Aquello que en los principios fue continua lucha, movida por las necesidades inmediatas de la vida, luego fue lucha movida por temor y por deseo. Dos caminos se abrieron ante él: el camino del sí y el camino del no. Entonces, todo pensamiento, todo sentimiento y toda acción fueron turbados por la duda entre el sí y el no. El sí creó todo aquello que hizo superar el dolor y el sufrimiento. El no agregó dolor y sufrimiento. Ningún objeto, o relaciones, u organización quedó libre de su interno sí y de su interno no.
Luego los pueblos separados, se fueron ligando y por fin las civilizaciones quedaron conectadas; el sí y el no de todas las lenguas, invadieron simultáneamente los últimos rincones del planeta.
¿Cómo vencerá el ser humano a su sombra? ¿Acaso huyendo de ella? ¿Acaso enfrentándola en incoherente lucha? Si el motor de la historia es la rebelión contra la muerte, rebélate, contra la frustración y la venganza.
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