11 de febrero de 2011

INTRODUCCION CONFERENCIA "HUMANIZAR LA TIERRA". SILO. Buenos Aires 1989

Si en una sociedad se instala como uso la falsedad de juicio y se institucionaliza tal falsedad, es porque algo grave está ocurriendo allí y, no sería de extrañar que todo fuera saliendo cada vez peor en esa torre de Babel en la que las personas ya no se entienden porque se afirma que lo blanco es negro, lo negro azul y lo azul es amarillo.

Estos escritos no son fruto de la gran ciudad ni del gran centro cultural. Son resultado del silencio y la lejanía. Esta ausencia, esta barrera sicológica puesta entre nosotros y la cultura oficial, ha sido beneficiosa. Y el empecinamiento en nuestras declaraciones por colocarnos en franca dialéctica con respecto al ambiente intelectual de este país, no se modificará hasta que comience realmente un proceso de cambio de mentalidad y procedimientos. Pero el cambio no sobrevendrá por importar los valores de un mundo que en los mapas escolares aparece "encima" de Latinoamérica, ni ocurrir tampoco por el rescate de supuestas "raíces" telúricas.

Nosotros que venimos empeñados en enseñar que no hay identidad, ni se logra progreso por la toma de modelos del mundo externo, chocamos desde hace mucho tiempo con las diversas interpretaciones de la llamada "cultura nacional". Porque es evidente que la cultura no consiste en un ropaje, en un folclore, ni en una lucha estéril y superficial contra tal ropaje y tal folclore.

Si es que tiene que nacer tal identidad, sólo se logrará pensando y haciendo desde adentro de un país y desde adentro de un continente, con la intención puesta en devolver al mundo los aportes positivos que ese mundo ha dado …y en no devolver todas las maldades que ese mundo también ha generado. Por otra parte, en el proceso de mundialización que estamos viviendo, no tiene sentido ningún chauvinismo nacional ni regional. En cambio, tiene que ver con el progreso de nuestras sociedades desarticuladas, que éstas vertebren su producción y su cultura para integrarse a un proceso mayor en marcha.

Cuando hablo entonces, de identidad nacional o regional, lo estoy haciendo desde esa óptica y no desde el chauvinismo retrógrado o desde la dependencia neo-colonial a la que las sociedades desarticuladas están expuestas en el momento actual. Porque es enfrentar al mundo que viene creando una identidad productiva basada en la industria y la tecnología y, en ese contexto, la cultura habrá de contribuir al esclarecimiento de esos objetivos de progreso material.

Así es que pensar a nuestras sociedades desde "adentro", significa básicamente pensar en desarrollarlas en base a la creación de centros productores de energía, industria y tecnología.

Cómo definiremos entonces la cultura que queremos no para el mundo, por cierto, sino para este país, para este continente y para esta etapa inmediata? La definiremos como una… orientadora ideológica lanzada en todos los campos del quehacer intelectual hacia el logro de la producción material de bienestar. Mientras eso no ocurra la cultura continuará manipulada por incompetentes sirviendo solo como instrumento desviatorio de los cambios profundos que hoy requieren nuestros pueblos.

Entre tanto, todos los que quieren ese cambio son silenciados, y marginados no solamente en el campo político, sino en el campo de la producción material, ideológica y artística.

Cuanta mentira se ha pergeñado aquí, haciendo creer a través de ciertos medios de difusión corruptos, a través de algunos círculos intelectuales y políticos, que nuestra obra es simplemente una mixtura ideológica europea, como si no hubiera que rescatar de Europa vigorosas enseñanzas y como si la crítica lanzada no fuera hecha, a su vez, desde ideologemas europeos.

Cuantas veces se ha dicho que nuestra actividad atenta contra los valores nacionales cuando en realidad muchos de esos valores son totalmente importados tanto en su expresión como en su contenido.

Cuanto irresponsable ha afirmado, haciéndose eco de centros de poder foráneos, que nosotros dependemos de lo foráneo...

Para terminar estas consideraciones en torno al enmarque cultural en el se ha producido nuestra obra, digamos esto: si en una sociedad se instala como uso la falsedad de juicio y se institucionaliza tal falsedad, es porque algo grave está ocurriendo allí y no sería de extrañar que todo fuera saliendo cada vez peor en esa torre de Babel en la que las personas ya no se entienden porque se afirma que lo blanco es negro, lo negro azul y lo azul es amarillo.


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