Así que es una mecánica simple la del contacto, con alguien que nos consulta y a ese alguien le recomendamos el Mensaje y si tenemos el material se lo pasamos.
Pero no andamos mortificando a la gente con el Mensaje. No andamos haciendo propaganda del Mensaje, sino respondiendo a la gente que nos consulta.
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El Mensaje es muy escueto, es muy breve. El Mensaje como ustedes saben cuenta con un librito, cuenta con un conjunto de experiencias y cuenta con una serie de frases mínimas a las que llamamos El Camino. El Libro, La Experiencia y El Camino conforman el Mensaje y no hay mucho más.
Pero sin duda que hay muchos escritos y muchas otras cosas, sí, sí, pero no tienen que ver con el Mensaje.
El Mensaje es una cosa muy breve, es tan breve que es sumamente aburrida (risas) y nos parece que está muy bien que sea aburrido.
Porque quien se mete a estudiar el Mensaje o a trabajar con las experiencias del Mensaje, seguramente lo hace porque tiene una necesidad interna y si no, se aburre (risas). Y eso está bien.
Esa es la gracia del Mensaje, quien se ponga a realizar sus experiencias y a estudiar el librito y a seguir los pasos que se plantean en el Mensaje, lo hace porque en él brota algún tipo de necesidad. De manera que invitar al Mensaje a alguien que no experimenta esa necesidad y demás, es invitar a alguien a que se aburra, claro, no le pasa nada grave, pero no es muy constructivo que digamos, no le sirve de nada, invitamos al Mensaje generalmente a la gente que nos pregunta cosas.
Nosotros no vamos a mortificar a la gente en la vía pública, la cosa no funciona así. Pero sí funciona con la pregunta del otro. Hoy mismo, esta mañana alguien me dijo:
-Bueno, yo tengo un serio problema…
-“bueno”
-… yo tengo un serio problema de que no tengo fe.
-¿Fe en qué?
-Fe en mi, fe en mi mismo, fe en la gente que me rodea, no tengo fe en lo que hago
No me estaba hablando de ninguna cosa religiosa, ¡es que la palabra fe se usa para muchas cosas!
Me estaba hablando del tema de la fe y el lo sentía como algo serio, como algo sumamente incómodo y además muy poco progresivo para su vida.
¿Qué hago?, me dijo. Yo le dije, yo tengo una sola receta para eso, lo único que yo puedo recomendarte es que te muevas en el Mensaje.
El seguramente quería alguna otra solución (risas), ¡es que el mensaje es para él! ¡Justamente para él!, pero porque él me preguntó yo le respondí, no fui a golpear a su (puerta), y decirle “oye lo que tú necesitas es el Mensaje”, fue exactamente al revés.
Así todos nosotros nos encontramos a diario con gente que tiene numerosos problemas. Bueno sería que alguien no tuviera problemas, en semejante situación mundial, regional, de país, de lugar. Todos tenemos numerosos problemas y mucha gente que nos consulta sobre sus problemas, es a esa gente a la que pasamos el librito o a la que le abrimos las puertas para que vaya a alguna reunión en una salita, en una sala o a una convocatoria grande que a veces hacemos.
Qué mecánica tan simple, si, es una mecánica tan simple.
No nos preocupamos tampoco por los medios de difusión, es más, rehusamos al periodismo.
No tenemos contacto con el periodismo, porque qué podemos decirles, pero a veces sin embargo, son los medios de difusión los que vienen a nosotros, es el periodismo que viene a nosotros. Entonces si que podemos contar nuestra versión, no es que los estemos buscando.
De ninguna manera estamos buscando a los medios de difusión ni estamos buscando que nos den difusión, nos limitamos a nuestra acción, a desarrollarnos, a nuestro trabajo y que ellos digan lo que les gusta.
Que normalmente dicen cosas muy desfavorables (risas), está bien. Ellos verán.
Así que es una mecánica simple la del contacto, con alguien que nos consulta y a ese alguien le recomendamos el Mensaje y si tenemos el material se lo pasamos.
Pero no andamos mortificando a la gente con el Mensaje. No andamos haciendo propaganda del Mensaje, sino respondiendo a la gente que nos consulta.
A veces lo hacen de un modo especial, por ejemplo, hay algunos que no nos consultan sobre un problema sino que nos piden: “ustedes que hacen cosas, ¿porque no piden por mi, o por mi madre o por un pariente? ¿Por que no?, ¡claro que si! Entonces pedimos profundamente, con muy buena intención por ese que a su vez nos pide a nosotros que lo hagamos.
No es otra forma de contacto, no nos vienen en consulta, nos vienen a decir que hagamos cosas, que pidamos por un familiar, que pidamos por él mismo.
A veces algunos nos dicen que murió un familiar, que quisiera que nosotros acudiéramos a esa circunstancia desafortunada, que estuviéramos presentes, que dijéramos algunas palabras inspiradoras para la gente, porque toda esa familia está destrozada por la situación, toda esa familia se encuentra muy desolada, y entonces nos piden que vayamos allá y digamos algunas palabras en esa circunstancia y lo hacemos porque es una de nuestras experiencias y en esa experiencia decimos cosas muy poco aceptables desde el punto de vista convencional, decimos este cuerpo que esta ahí ya no nos escucha, ya no nos oye. Su principio vital, su vida, está en otra parte, así que no tanta tristeza, bueno, hay justamente una experiencia dedicada a eso.
¡Bueh…! en fin… Hay justamente una experiencia dedicada a eso, ¡Es una maravilla (se ríe) lo bueno que resulta a todos! pero les cuento que también hay gente que...
Si los que están acá han tenido esas experiencias, seguro que pueden confirmar esto.
Muchas cosas nos viene a decir la gente, seguramente hay cosas muy complicadas que nos preguntan y que no podemos responder
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