Que jamás se responda a la violencia con violencia.
Que las razas se hermanen definitivamente integrando una sola humanidad.
Que ese Dios y esa otra vida más allá de la muerte se busquen en el fondo dormido de uno mismo. En aquel fondo lleno de fuerzas desconocidas y poderes inmensos.
Que todo accionar sea pacífico: No-violencia física; no-violencia económica; no-violencia racial y no-violencia religiosa.
Que nuestros deberes permanentes sean: despertar cada día más armonizado el pensamiento, el sentimiento y la acción y al mismo tiempo, despertar a los demás por la enseñanza y la práctica de ésta, la más humilde y sencilla de las doctrinas.
Salvemos al hombre de la venganza, preparando el camino de la nueva humanidad que ya se acerca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario