SILO Y EL MENSAJE
Hoy vamos a dirigirnos especialmente a los mensajeros que están reunidos en distintos parques del mundo. Nuestros comentarios se habrán de referir a las características más generales del Mensaje.
Antecedentes del Mensaje
Comenzaremos por considerar los antecedentes de El Mensaje que se encuentran en dos materiales producidos en 1969. El primero es un escrito conocido como “La Mirada Interna” que se comenzó a escribir en este lugar de Punta de Vacas en 1969 y que se editó por primera vez en 1972.
El segundo antecedente es un discurso, una alocución, conocida como “La Arenga de la Curación del Sufrimiento” y que fue dada el 4 de mayo de 1969 en este mismo lugar. Estos materiales se continuaron difundiendo en distintos formatos y a ellos se agregaron desarrollos que se editaron como títulos y libros separados y que, finalmente, terminaron por configurar los volúmenes de las obras completas del autor.
Creo acertado decir que toda la obra producida no pasa de ser un conjunto de adaptaciones y desarrollos temáticos de los dos antecedentes citados. Así es que si bien la obra puede ser desdoblada en distintos géneros literarios, psicológicos, sociales y otros, el núcleo de las diferentes elaboraciones se reduce a los dos antecedentes mencionados.
Por esto, los distintos escritos y las distintas intervenciones públicas no son sino extensiones, desarrollos y explicaciones de las producciones básicas que hemos mencionado anteriormente. Hace poco tiempo, apareció El Mensaje plasmado por primera vez en un volumen publicado en Julio de 2002 bajo el título de “El Mensaje de Silo”. Tres partes dividen internamente a estos escritos: el Libro, la Experiencia y el Camino. El Libro no es sino La Mirada Interna. La Experiencia es la parte práctica del Mensaje plasmada a través de ocho ceremonias.
Finalmente, El Camino es un conjunto de reflexiones y sugerencias. Aquí podría terminar la consideración en torno al Mensaje y sus antecedentes. Si embargo, quisiera extenderme brevemente sobre algunos tópicos que desprendiéndose de la Arenga de la Curación del Sufrimiento, han servido de referencia y han permitido el desarrollo de temas individual y socialmente importantes como lo referido a las distinciones entre dolor y sufrimiento...
El Antecedente de la Arenga de la Curación del Sufrimiento
En la Arenga, el conocimiento más importante para la vida está referido a la comprensión del sufrimiento y la superación del mismo sufrimiento. Lo importante es distinguir entre dolor físico y el sufrimiento mental. Se sufre por tres vías: la de la percepción, la del recuerdo, la de la imaginación. El sufrimiento delata el estado de violencia, violencia que está conectada al temor.
Temor a perder lo que se tiene; a lo que se ha perdido; y a lo que se desespera alcanzar. Se sufre porque no se tiene o porque se tiene temor en general... Temor a la enfermedad, a la pobreza, a la soledad y a la muerte. La violencia tiene por raíz el deseo. El deseo aparece en distintos grados y formas que van desde la ambición más desmedida hasta las aspiraciones más simples y legítimas. Atendiendo a este punto, por la meditación interna, el ser humano puede reorientar su vida.
El deseo motiva la violencia que no queda en el interior de las personas sino que contamina el medio de relación. También se observa aquí a las distintas formas de violencia y no solamente a la primaria que es la violencia física. Desde luego, están además las formas de violencia económica, racial, religiosa, sexual, psicológica, moral y otras más o menos embozadas o disimuladas.
(Extracto 1969) “La violencia en el hombre, movida por este tipo de deseos, no queda solamente como enfermedad en su conciencia, sino que actúa sobre el mundo de los otros hombres, se ejercita con el resto de la gente. No creas que hablo de violencia refiriéndome solamente al hecho armado de la guerra, es la violencia física.
Hay una violencia económica: la violencia económica es aquella que te hace explotar a otro; la violencia económica se da cuando robas a otro, cuando ya no eres hermano del otro, sino que eres ave de rapiña para tu hermano.
Hay además una violencia racial: ¿crees que no ejercitas la violencia cuando persigues a otro que es de una raza diferente a la tuya, crees que no ejerces violencia cuando lo difamas, por ser de una raza diferente a la tuya?
Hay una violencia religiosa: ¿crees que no ejercitas la violencia cuando no das trabajo, o le cierras las puertas, o despides a alguien, por no ser de tu propia religión? ¿Crees que no es violencia religiosa cercar a aquel que no comulga con tus principios por medio de la difamación; cercarlo en su familia, cercarlo entre su gente querida, porque no comulga con tu religión? Hay otras formas de violencia que son las formas impuestas por la moral filistea.
Tú quieres imponer una forma de vida a otros, tú debes imponer la vocación al otro... ¿pero quién te ha dicho a ti que eres un ejemplo que debe seguirse? ¿Quién te ha dicho que puedes imponer una forma de vida porque a ti te place? ¿Dónde está el molde y dónde está el tipo para que tú lo impongas?... He ahí otra forma de violencia. Únicamente puedes acabar con la violencia en ti y en los demás y en el mundo que te rodea, por la fe interna y la meditación interna.
No hay falsas puertas para acabar con la violencia. Este mundo está por estallar y no hay forma de acabar con la violencia, no busques falsas puertas. No hay política que pueda solucionar este afán de violencia enloquecido. No hay partido ni movimiento en el planeta que pueda acabar con la violencia. No hay falsas salidas para la violencia en el mundo...”(Fin extracto 1969)
En esta Arenga se destaca la necesidad de contar con una conducta simple que oriente la vida. También se dice que la ciencia y la justicia son necesarias para vencer el dolor, pero la superación de los deseos primitivos es necesaria para vencer el sufrimiento mental. Son muchos los elementos que pasan de esta Arenga a distintos libros tales como “Humanizar la Tierra”; “Cartas a mis Amigos”; “Diccionario del Humanismo” y “Habla Silo” y también a exposiciones como “La Acción Valida”, “El Sentido de La Vida”, “Humanismo y Nuevo Mundo”; “La Crisis de la Civilización y El Humanismo”; “¿Qué entendemos hoy por Humanismo Universalista”, etc.
El Antecedente del Libro La Mirada Interna
El otro antecedente, La Mirada Interna, trata sobre el sentido de la vida. El Tópico principal sobre el que discurre es el estado psicológico de contradicción. Allí se aclara que el registro que se tiene de la contradicción es el sufrimiento y que la superación del sufrimiento mental es posible en la medida en que se oriente la propia vida hacia acciones no contradictorias en general y, en particular, hacia acciones no contradictorias en relación con otras personas.
Este libro, contiene el germen de la espiritualidad social y personal y de una Psicología y Antropología muy amplias que van desde los libros “Psicología de la Imagen” y “Apuntes de Psicología”, hasta “Mitos Raíces Universales”. También aparece en intervenciones públicas como “Acerca de lo Humano”; “La Religiosidad en el Mundo Actual” y “El tema de Dios”, allí se producen nuevos desarrollos y aplicaciones de La Mirada Interna. Es claro que los antecedentes que estamos mencionando en relación a El Mensaje de Silo se mezclan e implican mutuamente sobre todo en la segunda y tercera parte porque en lo que hace a la primera, es La Mirada Interna la que se transcribe directamente.
En obras literarias como las “Experiencias Guiadas” o en cuentos, aparecen estas transcripciones, estas traducciones, hay relatos y ficciones, o bien en “El Ensueño y la Acción” o el “Bosque de Bomarzo”, se deja ver el fuerte contenido de una Psicología que ya se manifestaba en los antecedentes que venimos mencionando desde el comienzo.
Para terminar con estos breves comentarios quisiera anotar que el Mensaje es expresión de una espiritualidad personal, pero también social, que va confirmando su verdad de experiencia a medida que pasa el tiempo y se manifiesta en distintas culturas, nacionalidades, estratos sociales y generacionales. Una verdad de este tipo no necesita de dogmas ni de formas organizativas fijas para su funcionamiento y desarrollo.
Por ello, los “mensajeros”, es decir aquellos que sienten y llevan a otros el Mensaje, destacan siempre la necesidad de no aceptar coacciones sobre la libertad de ideas y creencias, y de tratar a todo ser humano del mismo modo en que uno desea ser tratado. Este alto valor en las relaciones interpersonales y sociales hace, al mismo tiempo, que los mensajeros trabajen contra toda forma de discriminación, desigualdad e injusticia.
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