15 de noviembre de 2010

Las Leyes Universales


Si nos quedáramos sólo con la experiencia no podríamos tener un sistema ordenado del mundo ni de nosotros mismos. La experiencia es movimiento y permanente cambio. Estamos sujetos al movimiento. El pensamiento compensa fijando la experiencia, sino todo sería solo movimiento, confuso, sin concepto, cambiante y caótico.

Entonces, si bien, por encima de todo está la experiencia, de ella surgen los grandes conceptos a los que llamamos Leyes Universales. Estas Leyes son por tanto herramientas de trabajo conceptual, que luego aplicamos a las cosas.

Este trabajo conceptual es el que en definitiva nos permite accionar en el mundo, ya sea con la acción directa en el medio o mediante el pensamiento. Ambos, acción y pensamiento, constituyen la base de la experiencia humana.

Hablamos de Leyes Universales, porque abarcan la totalidad de los fenómenos que llegan a nuestra experiencia, de otro modo no serían más que leyes de una ciencia en particular. Para nosotros deben ser leyes que sirvan para la física, la psicología, la química, etc. Estas leyes, así como el método, sirven para orientar el proceso del pensamiento de un modo ordenado, para darnos la visión más amplia posible de un fenómeno dado.

Las Leyes, en sentido amplio, son construcciones humanas operativas, que permiten predecir, describen una tendencia. Son ideas sistematizadas de cómo funcionan las cosas, regularidades que se cumplen en una franja determinada de fenómenos.

Las leyes en el ámbito de la ciencia provienen de la observación de fenómenos particulares que a medida que son explicadas y verificadas por nuevas experiencias, permiten construir una visión “científica” del mundo.

Así las hipótesis, teorías y leyes son explicaciones provisorias que sirven para operar en el mundo de los fenómenos.

Las hipótesis se definen como afirmaciones cuyo valor de verdad se desconoce al momento de enunciarse. Las teorías son conjunto de hipótesis que pretenden explicar el comportamiento de ciertos fenómenos en un ámbito dado, y las leyes son construcciones que intentan explicar el comportamiento general de un conjunto de fenómenos.

La dirección del proceso de la ciencia es, en este sentido, básicamente inductiva, es decir que parten de experiencias particulares, buscando generalizar en ambitos mayores.

Por el contrario las Leyes Universales de las que parte Nuestra Doctrina no se explican surgiendo de experiencias de naturaleza particular, sino de una experiencia totalizadora y de la comprensión de los mecanismos del pensar. Las mismas deben permitir dar cuenta del comportamiento de todos los fenómenos existentes en tanto dichos fenómenos caen en el campo de nuestra conciencia.

Desarrollemos ahora brevemente el significado de cada una.. Las mismas de modo deductivo permiten dar cuenta del comportamiento de todos los fenómenos existentes.

Las Leyes Universales se expresan a través de cuatro enunciados básicos:


Ley de estructura:
"Nada existe aislado, sino en relación dinámica con otros seres dentro de ámbitos condicionantes".

Ley de concomitancia:
"Todo proceso está determinado por relaciones de simultaneidad con procesos del mismo ámbito y no por causas lineales del movimiento anterior del que procede".

Ley de ciclo:
"Todo en el Universo está en evolución y va desde lo más simple a lo más complejo y organizado, según tiempos y ritmos cíclicos".

Ley de la Superación de lo viejo por lo nuevo:
“La continua evolución del Universo muestra el ritmo de diferencias, combinaciones y síntesis cada vez de mayor complejidad. Nuevas síntesis asumen las diferencias anteriores y eliminan materia y energía cualitativamente no aceptables para pasos más complejos”.

Desarrollaremos en las próximas entradas brevemente el significado de cada una.

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