Anne Farrell
Shirin Ebadi, abogada y activista de los derechos humanos y la primera mujer musulmana en recibir el Premio Nobel de la Paz, asistió a la Cumbre del Milenio en Montreal con el objetivo de aumentar la conciencia sobre la importancia del desarrollo sostenible y el fin de la pobreza
Pressenza Montreal, 26/04/09. Según Ebadi, la corrupción y los gastos militares son los principales desencadenantes del incremento de la pobreza y el hambre en el mundo. Ebadi explica en una breve conferencia, que los periodistas en sociedades demócratas tienen el poder de sacar a la luz información relacionada con la corrupción, gracias a ello en ocasiones se puede prevenir mediante acciones legales. Sin embargo, en la mayoría de las sociedades no demócratas, se oculta la corrupción e incluso se protege como consecuencia de intereses diversos. Así mismo, mencionó que la corrupción es una plaga insidiosa que afecta de varias maneras a la sociedad.
Existen convenciones con el objetivo de defender el medioambiente, entonces, ¿por qué no existen convenciones que se dediquen a proteger las vidas de los seres humanos que se mueren de hambre? Ebadi propone así una convención internacional para erradicar la pobreza. Dicha convención se tendría que proponer en las Naciones Unidas y llevarse a la Asamblea General con el fin de que sirva de instrumento de los derechos humanos con dimensiones de desarrollo social y explícito. Esta Convención marcaría un “cambio de paradigma” en la actitud y acercamiento de la problemática situación que es la pobreza y el hambre en el mundo. Ayudaría enormemente a la labor de organizaciones de ayuda internacional que pasarían de ser trabajos de caridad a un nivel más sostenible.
Ebadi también habló de cómo el presupuesto militar excede al presupuesto destinado a la salud y a la educación en algunos países. En esta línea, la Convención especificaría que todos los países con un presupuesto militar que exceda al sanitario o educativo no reunirán los requisitos necesarios para beneficiarse de las ayudas internacionales o organizaciones prestamistas, tales como el Fondo Monetario Internacional. En otras palabras, si un país necesitara ayuda internacional, el gobierno en particular tendría que reducir el presupuesto militar. Además, la Convención establecería que si un país tiene una deuda externa, esta se perdonaría y borraría si el gobierno disolviera el equipamiento militar. Asimismo, aquéllos países que hayan disuelto el equipo militar obtendrían una ayuda financiera. Según Ebadi, hay países en el mundo tales como Costa Rica e Islandia que no poseen equipamiento militar pero sí que cuentan con la seguridad necesaria. Ebadi añade que no hay ninguna razón por la que un país tenga que utilizar un equipamiento militar y gastar en recursos inmensos. Burma, por ejemplo, cuenta con más soldados que profesores.
Finalmente, Ebadi propuso que la Convención defina la corrupción como un crimen en contra de la humanidad y que los casos se puedan llevar al nivel del Tribunal Criminal Internacional.
La Premio Nobel, terminó la conferencia con una nota desafiante: “Sé que hoy mis palabras son como un sueño; pero es un reto del presente, de este momento. Nos tenemos que mover hacia una sociedad y hacia un mundo en el que el espacio entre la riqueza y la pobreza disminuya. Sé que veremos ese día porque todos nosotros queremos verlo”.
Shirin Ebadi nació el 21 de junio de 1947 en Hamadán, Irán. Es abogada y activista por los derechos humanos y por la democracia. El 10 de octubre de 2003 recibió el Premio Nobel de la Paz.
Anne Farrell ha recibido un premio de YMCA-Canadá por su contribución en contra de la violencia.
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