25 de octubre de 2009

El motor de la historia es ir “contra lo natural"


Lo natural seria parir con dolor, morirse antes de cumplir los 30 años, la suciedad, la enfermedad. Lo natural es que uno de cada diez niños no sobreviva al parto, que una de cada veinte madres fallezca al dar a luz. Lo natural es que sólo sobrevivan los más fuertes, que los ciegos no lean. Nada más natural que el sarampión, que el cáncer, que la caries, que la gripe, que la muerte.

La lucha contra lo natural es el verdadero motor de la historia. Es lo que de verdad nos diferencia del resto de los seres vivos: nuestra capacidad para sobrevivir a la naturaleza, por dura que sea, y en cualquier parte del mundo. Por eso hay humanos en el ártico y en el ecuador. La inteligencia es el medio, no el fin: es la forma más útil que han encontrado nuestros genes para perpetuarse, para inmortalizar esa interrumpida herencia de ADN que un día consiguió salir del agua, encender el fuego, cincelar sobre piedra la primera palabra, llegar a las estrellas,un dia el homo sapiens inventó una herramienta y se convirtió en creador.Porque ningún otro ser vivo modela su realidad como el ser humano.

El miedo también es natural, otra estrategia genética de supervivencia. Y de él nace una forma de miedo más refinada, que es la superstición y veinte siglos de Iglesia Católica en defensa de lo natural, del orden establecido, de la comodidad de los márgenes explorados del conocimiento, del dogma contra la razón lo confirma. La mala noticia es que vamos para atrás; la doctrina vaticana se ha vuelto mucho más inflexible.

Hoy la tecnología esta lo bastante avanzada como para que dos mujeres puedan compartir la maternidad natural de un bebé, para que una ponga el vientre y la otra su ADN. Pronto llegará el siguiente paso: que una mujer pueda tener un bebé mezclando su carga genética con el de otra mujer, su pareja, sin necesidad de que intervenga un varón. Ya se ha hecho con ratones. El siguiente salto es aún más alucinante pero no por ello mucho más lejano: a partir de una célula, de un pequeño pedazo de piel, se podrán crear espermatozoides con los que una mujer podría fecundarse a sí misma, sin necesitar el ADN de nadie más. ¿Contra natura? No mucho más que la penicilina o el viaje a la Luna

El hombre es el ser histórico, cuyo modo de acción social transforma a su propia naturaleza. Si admito lo anterior, habré de aceptar que ese ser puede transformar intencionalmente su constitución física. Y así está ocurriendo.

Lo natural también era que un amor durase toda la vida, pero es que antes la vida duraba muy poco.En el siglo XX bastaron los antibióticos y lavarse las manos para duplicar la esperanza de vida lo que nadie sabe es hasta dónde se puede prolongar en este siglo.

La evolución humana tiene infinitos caminos, inimaginables caminos. Sería atroz creer, o más bien ridículo, que nos tragáramos que desde la ameba, la evolución caminó todos estos siglos para terminar en la cúspide: el gordito de Wall Street.

Para reflexionar sobre los valores adquiridos como verdad :
las cosas se hacen de una manera pero se podrían hacer de otra...


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